Como los llamaba con precisión Pancho Villa, los ‘pinches gringos’ no dan puntada sin hilo. Varios países de América Latina son, desde hace años, el espejo insurrecto que irrita al imperio global, no solo a EE.UU.
Las nuevas democracias son muy molestas y tienen impacto internacional. Una serie reciente de anuncios contra nuestra América augura tiempos de mayor confrontación.
Comienzan con el espionaje mundial contra ‘amigos y enemigos’, práctica que equivale al redoble de tambores de guerra. El impedir el aterrizaje del avión presidencial de Bolivia, con el presidente Evo Morales a bordo, en aeropuertos de varios países de Europa no es un hecho anecdótico como quieren pintarlo los propietarios de los medios de comunicación. Es terriblemente representativo del ejercicio del poder imperial.
El no reconocimiento del Gobierno legítimo de Venezuela por parte de EE.UU. viola cualquier regla de civilidad, por decir lo menos. El desconocer con cinismo el derecho de asilo para Julián Assange es una muestra impúdica de la alianza británica con las corporaciones estadounidenses. La arremetida de Chevron contra el Gobierno y el pueblo de Ecuador, acompañada por amenazadoras expresiones del embajador estadounidense diciendo que no les gustan las relaciones con Bielorrusia ni con Irán y; lo más reciente, informar (porque nada es gratis, ni en el fútbol ni en la política) que efectivamente la CIA estaba detrás de los bombardeos inteligentes contra los dirigentes de las FARC, reconociendo sin ningún pudor que eran plenamente conscientes de que lanzaban bombas contra territorio ecuatoriano. Podríamos citar muchos otros ejemplos solo en 2013, pero para muestra, algunos botones.
Para la derecha, en este momento, no hay peor enemigo que el mensaje de ‘poner el capital al servicio del ser humano’ como propone, practica y augura el presidente Correa urbi et orbi. Digo no hay mayor peligro, porque el mensaje es irrefutable, racional, serio y lo que es peor, aplicable incluso para Europa y EE.UU.
El 2014 augura la consolidación de la extrema derecha en EE.UU. donde sectores ‘patrióticos’ (léase racistas y colonialistas) ganan espacio con sus medios de comunicación y otros igualmente derechistas ocupan terreno en la buena y vieja Europa que, no olvidemos, tiene una tradición guerrerista que espanta.
Pero no son los partidos de derecha, ni siquiera los gobiernos, son los poderes reales como la banca y los conglomerados industriales y financieros los que nos preocupan, porque al fin y al cabo son quienes gobiernan. Ellos sí que temen esa frase, su práctica y su impacto. Ellos son capaces de generar guerras internas o limítrofes, igualmente fratricidas. La derecha y el capitalismo son expertos en revertir procesos. La derecha es maestra en utilizar todos los métodos de lucha contra los pueblos y sus dirigentes. ‘Prohibido olvidar’.
Hoy, aquí en este ‘peligroso’ país que se levanta como un nuevo David contra el Goliat insaciable, las tareas son muchas, por lo pronto hay que consolidar lo avanzado y defender cada espacio ganado. Las elecciones municipales son una nueva prueba que fortalecerá a la figura de Correa y Alianza PAIS como frente electoral.
El pendiente importante sigue siendo la sólida organización y participación de la ciudadanía para el ejercicio pleno y consciente del poder popular y el Buen Vivir, única garantía estratégica de lo conquistado, pero eso exige otro artículo.