Ni los gobiernos de Evo Morales ni el de Luis Arce Catacora se caracterizaron por encarar las crisis con alternativas eficientes.Leal a las viejas prácticas, Luis Arce propone ahora un referéndum para eludir facultades privativas de su cargo, evitar el costo político y posicionar los intereses sectoriales de la facción de su partido.
En esta dinámica, el Tribunal Supremo Electoral hizo gala de su inoperancia los pasados días a propósito de la revisión de las preguntas del tal referéndum. En lugar de declarar la total inconstitucionalidad de las preguntas, se detuvo en aspectos de forma, precisión y claridad. Por otro lado, no sorprendería que de seguir el despropósito, también el Tribunal Constitucional que pertenece al MAS, avance en esta iniciativa.
Con relación a las preguntas,levantar la subvención a los hidrocarburos de forma progresiva es urgente y esta decisión es facultad privativa del órgano central.En cuanto a la consulta sobre reelección de autoridades,esta ya fue resuelta en el referéndum del 21 F en el que el pueblo votó por el NO a la reelección. Finalmente, la determinación de los escaños responde directamente a los resultados y aplicación del CENSO de población y vivienda, no a la opinión o al gusto.
En lugar de despilfarrar recursos en un referéndum inútil, la administración actual tiene la obligación de gestionar y resolver los temas urgentes en agenda, entre ellos la escasez de dólares que en el mercado negro ya cotiza en 15 bs.
Esta abdicación de la responsabilidad solamente contribuye a incrementar la tensión social y a escalar la conflictividad, amerita entonces un juicio de responsabilidades a Luis Arce por las consecuencias de una acción populista y negligente que no resuelve la crisis que el pueblo boliviano enfrenta.