En la evolución humana existen evidencias certeras de antecesores humanos con un desarrollo biológico importante: Homo habilis, H. erectus y H. sapiens, que son los antecesores más representativos de los últimos 100 mil años, mientras que el Homo sapiens sapiens u hombre moderno, tal como lo conocemos, surge en los últimos 40 a 10 mil años.
Se postula que la rama evolutiva de los neandertales cohabitó con los humanos modernos y, aunque se conocen muchas facetas de estos homos, hay dudas sin resolver sobre su forma de vida e interacciones con otros grupos, en especial los hombres modernos o cromañones, pero según análisis paleontológicos y genéticos con ADN de restos de neandertales hallados en Málaga y Guadalajara, España, este grupo es más antiguo de lo informado. Un reciente estudio con técnicas refinadas asevera que los restos datan de hace 45 mil años y no de hace 30 mil como se pensaba; esto significaría que los neandertales no convivieron en la misma época que los humanos modernos.
Independientemente de esta discusión sobre edades paleogenéticas, actualmente existe la posibilidad de clonar un neandertal, o al menos así lo plantea George Church, de la Universidad de Harvard, uno de los “padres” de la biología sintética.
Este científico afirma tener todas las herramientas de la ingeniería genética actual para reproducir el ADN de los neandertales y, mediante las técnicas de biología reproductiva e ingeniería celular, lograr clonarlo. El procedimiento parte de la secuencia total de los genes del neandertal, que ya es conocida, para luego copiarla e introducirla en una célula madre humana, para finalmente colocar el nuevo embrión en el útero de una mujer.
Esta propuesta conlleva un posicionamiento ético. Hay investigadores y personas que coinciden con Church en que sería una posibilidad inigualable para “crear una nueva humanidad” o al menos un grupo de humanos diferentes que, al parecer, serían más desarrollados e inteligentes que los cromañones. Se conoce que los neandertales tenían mayor capacidad craneal y tamaño, lo que lleva a suponer que juntos podríamos avanzar en la historia. Los detractores califican a esta propuesta como aberrante para la humanidad.
No se entiende satisfactoriamente el lugar de los neandertales en la evolución humana actual. Hay evidencias de su ADN en el de los cromañones, que reivindicó su ocasional interacción, pero su desaparición del árbol evolutivo no está clara. Sería absurdo y pretencioso poner la esperanza de una humanidad más justa, equitativa y pacífica, en nuevos humanos creados en laboratorio.