Se acerca la Navidad, en la que celebramos el nacimiento de Jesús con sentimientos de amor, unión, paz, esperanza, etc. Junto con amigos y familiares, en diciembre, asistimos a las novenas, a la iglesia, cantamos villancicos, damos tarjetas, regalos, etc. pero también son momentos para: hermandad, compartir, dar afecto, ser solidario, etc.
Si bien, por el décimo tercer sueldo tenemos más ingresos, dar un regalo no es necesariamente una expresión de amor, pues para demostrarlo no es suficiente, pues un abrazo, una caricia, una sonrisa, un gesto expresivo, una visita, etc., son formas sinceras, sin entregas materiales, de expresar amistad y afecto. Recuerdo que en México, en estas épocas, el Instituto del Consumidor difundía un mensaje ‘regale afecto, no lo compre’, que me parece una profunda forma de expresar este sentimiento, no necesariamente con regalos o presentes.
En el mundo, muchos de nuestros hermanos viven situaciones difíciles. Guerras en el mundo; en España, las políticas de ajuste han afectado a la población más vulnerable, que les ha quitado o le cobran los servicios públicos de salud, educación, vivienda, etc., a lo que se suma el desempleo, deterioro del nivel de vida, aumento de la pobreza e indigencia. Algo similar pasa en Grecia, donde la asfixia económica por dicha política tiene desesperada a la población; también ocurre lo mismo en Portugal, que ha vendido las empresas públicas y ni aun así puede resolver la crisis económica. En América Latina, en México, la violencia tiene postrado al país y la población sufre las consecuencias de los carteles de la droga; en Venezuela la gente pasa penurias por la escasez de alimentos y con la caída del precio del petróleo se verá aún más ajustada. En suma, en muchas partes del mundo la población sufre por conflictos, políticas de ajuste, políticos corruptos, etc. En esta época, seamos solidarios, contribuyamos a que nuestros hermanos satisfagan necesidades básicas y para los que están lejos, una oración, una plegaria al Señor, un mantra, etc. pueden aunar energía cósmica para ayudar a los demás.
En la religión hinduista se cree en el karma, en las buenas acciones, permitirá llegar al paraíso y no reencarnar constantemente en otros seres para pagar por las malas acciones. Entre esas acciones, como deber moral, está ser fraternos, recíprocos, solidarios y ayudar a los que menos tienen, a los enfermos, oprimidos, a los que sufren, a quienes están solos, etc. Como seres humanos, el amor, la fraternidad, afecto son para compartir. Recuerdo el cuento de Charles Dickens, Canción de Navidad, el personaje, el avaro y tacaño empresario Scrooge, explotaba a sus empleados, no ayudaba con donaciones a los asilos y cárceles, hasta que se le aparecieron los espíritus de la Navidad que le enviaron un mensaje anunciándole que su penitencia sería estar encadenado y viajar sin descanso en el más allá, si no cambiaba de actitud. Por su temor, practicó buenas acciones, se volvió generoso.
No esperemos la visita de estos espíritus para ser solidarios, humanistas.