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El Telégrafo

Nativos digitales

25 de noviembre de 2013

Cuando éramos niños resultaba casi imposible que ingresáramos a la casa; todos nuestros juegos y diversiones estaban en la calle, con los niños del barrio, comiendo donde los vecinos. A nuestros abuelos les daba lo mismo alimentar  a 4 o 6 muchachos, no les importaba cuidar del niño de la vecina, era parte de la rutina.

En la actualidad, resulta casi imposible que nuestros niños salgan a la calle a jugar. Están en su mundo virtual donde el más importante no es el más fuerte ni bonito, sino el que tiene la mejor consola o el Internet de mayor velocidad para tener acceso a más información.

A pesar de esta gran evolución, en el mercado turístico mantenemos el mercadeo a la antigua. Seguimos direccionando nuestros esfuerzos publicitarios a los que toman las decisiones y tienen poder adquisitivo. Así, apuntamos a los adultos mayores, tienen tiempo y recursos para viajar.
Obviamente el adulto en edad productiva sigue siendo nuestro target principal, tiene capacidad de gasto y, asumimos, decide en su hogar. Nada más lejos de la realidad. Si en una familia con un hijo adolescente y un niño menor de 11 años, a la hora de decidir dónde pasar vacaciones o un feriado,  los gustos de los padres importaran poco, el adolescente dará una dura pelea, pero será el gusto del niñ@ el que finalmente prevalecerá.

Los niños y niñas, de esta época, los llamados nativos digitales tienen tanta información en su cerebro como la que teníamos nosotros habiendo terminado el bachillerato. Se comunican de forma diferente, son más intuitivos, no son receptores inmóviles de la información, también la emiten y rechazan. Vienen con chip incorporado.

Estos seres digitales que nos dicen dónde viajar o no necesitan información turística de nuestro país, elaborada a la alta velocidad de su pensamiento. Los programas turísticos de tv nacionales mantienen formatos de hace 20 años; ni siquiera nosotros somos capaces de soportar a la lenta animadora diciendo lo evidente, limitada a lo que muestra la imagen y hablando para el adulto, sin tomar en cuenta que el verdadero y mejor cliente es el niñ@, que no le importa precio ni la distancia, nunca viaja solo y arrastra a toda la familia.

Para que nuestras hijas y nietos tengan interés en conocer y amar nuestro país y no solo Disney, debemos generar la información digital que ellos entiendan. Hasta tanto, el país que vivimos aún no es el de ellos, es el país de los viejos, porque además ellos son globales, en ellos no existen las fronteras que con tanto ahínco pusieron los profesores en  nuestros cerebros.

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