Publicidad

Ecuador, 30 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Guido Calderón

Municipios turísticos (II)

04 de mayo de 2014

Más acciones para que un alcalde enrumbe exitosamente al turismo a su cantón. Recalco la importancia del control del tránsito y el respeto al peatón. Una ciudad pequeña donde sus residentes circulan y/o permiten que se circule a alta velocidad es la mejor razón para no ser visitada, al contrario, una ciudad en donde el respeto al peatón es parte de su cultura y sus calles no son utilizadas como parqueaderos tarifados atrae mucho el turismo, en especial a aquellas familias que buscan escapar del vértigo y bullicio de las grandes ciudades, también baja el estrés y la velocidad de movilización de sus habitantes, lo que incide en gente más tranquila, amable, unida, lo que ahuyenta a la delincuencia. En ciudades con tránsito caótico y veloz es difícil encontrar gente cálida, tampoco buenos servicios y la gente peligrosa no para de mirar al recién llegado. Poner medidores de velocidad en las entradas y fotorradares fijos dentro de la ciudad es la solución más eficiente y a largo plazo que conduce a una ciudad más amigable para vivir y visitar.

Los ingresos a los cantones, en muchos casos, son sucios; en la parte rural se usa el patio como botadero de desechos y el espectáculo es deprimente. Se debe legislar para que quienes viven junto a las carreteras tengan florados los frentes de sus casas. Nadie es tan pobre como para no poder poner flores y tener limpio su patio. Igual con los lotes baldíos, y en el caso de muros o tapiales, deben estar pintados o mejor muralizados con motivos o personajes propios de la zona. En ciertos países regalan -o venden- semillas de flores dentro de cápsulas de gelatina, para que el turista las lance en el camino, con el efecto de que a su retorno, después de unos meses, se sentirá que aportaron al embellecimiento del paisaje.

Pueblitos pintados en ciertas gamas de colores invitan a ser fotografiados y visitados. Hay pueblos en los que todas sus puertas están pintadas con motivos florales, fauna local, las fachadas de las casas se convierten en lienzos y las ciudades en emporios de arte que convocan curiosidad y visitas. El florar y adornar -todos- los balcones embellece radicalmente una ciudad.

Invertir en una buena entrada -y salida- es determinante para dar una bienvenida, mostrar nuestros principales motivos de orgullo, los personajes, los productos locales, las fortalezas, lo típico; y deben convocar a la foto, por lo que debe haber sitio de parqueo. Y si se desea que la gente pare obligadamente, una batería de servicios higiénicos limpios es muy efectiva.

Contenido externo patrocinado