Para el billonario húngaro-americano Georges Soros, la política internacional de lucha antidrogas de Naciones Unidas, abanderada por Estados Unidos, ha fracasado. Por eso, el controvertido magnate y especulador considera que lo de Uruguay –al regular la producción y uso de la marihuana– sería un laboratorio interesante en el cual ensayar otras opciones.
Debe destacarse la madurez del gobierno de José Mujica, que supo asimilar las críticas de México y Brasil y proseguir con su política de salud pública. Pero ahora deberá enfrentar el contragolpe de la comunidad internacional dominada por la política de represión y criminalización, que ya ha denunciado que el proceder uruguayo lesiona tratados internacionales. Si el tráfico internacional de capitales despertase un celo similar, varios países, desde Suiza hasta las Islas Caimán, ya habrían sido castigados.
La autorización para tenencia personal es de hasta 40 gramos y las autoridades prevén una demanda estimada anual de 25 toneladas.El Gobierno uruguayo propone un punto intermedio entre la prohibición y la liberalización total, a pesar de que la opinión ciudadana no lo respalde en forma mayoritaria. Por medio de una entidad creada ad hoc (el Instituto de Regulación y Control del Cannabis), el Estado asume el control de la oferta de marihuana (importación, producción, almacenamiento, comercialización y distribución). También asume el control de los cuentapropistas (los consumidores que producen su propia marihuana) y de los ‘clubes’ (agrupaciones de entre 15 y 45 personas) autorizados para cultivar hasta 99 de esas plantas psicotrópicas.
Los uruguayos proponen un registro de consumidores, para personas mayores de 18 años, por lo que los vecinos argentinos, brasileños y paraguayos no tendrán las facilidades que a su momento tuvieron los visitantes de los Países Bajos en ir a los famosos coffee shops (locales donde se permite la venta y consumo de cannabis). La autorización para tenencia personal es de hasta 40 gramos y las autoridades prevén una demanda estimada anual de 25 toneladas.
La decisión uruguaya tiene varias ventajas, comenzando por formalizar un mercado clandestino y mafioso, y abordarlo más como un problema de salud pública del cual -incluso- se pueden obtener réditos fiscales.
Como la cuenta de otras producciones agrícolas de las cuentas nacionales ya puede registrar un nuevo producto, también el Producto Interno Bruto (PIB) tendrá un nuevo factor de crecimiento, una vez que los estadísticos sepan cuánto se produce y consume, y a qué precio. Para quienes critican la decisión, la variación de existencias de la Cannabis sativa uruguaya será negativa, por una probable expansión de la demanda.
Otros críticos, en especial madres y padres de familia, están atemorizados por una ley que no considera cómo evitar que el consumo se extienda entre sus hijos adolescentes. Que esto ocurra en realidad dependerá de los aprestos que pueda resolver el reglamento a la ley que debe sancionar el presidente Mujica. Y también de los propios adolescentes y de sus madres y padres. Al fin de cuentas, suele suceder que la adicción entre adolescentes apenas si es un síntoma de fallos familiares y sociales mucho más profundos.