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El Telégrafo

Mirar a la gente primero, luego a los electores

06 de diciembre de 2012

Los políticos honestos e inteligentes deben trabajar muy duro para ver a los ciudadanos como seres humanos y no simplemente como electores que caminan hacia las urnas a consignar su voto. No pueden ignorar la importancia y el valor potencial del proceso como se genera el sufragio en democracia; de hecho, deben apoyarse en programas sofisticados, contratar especialistas en sociología y mercadeo político e interpretar las encuestas para monitorear la forma como una persona se transforma en su elector. Pero deberían estar mucho más preocupados por la gran variedad de motivaciones individuales y colectivas que provocan una tendencia electoral, pues de esa manera podrán  construir una relación permanente con sus votantes.

Un extenso rango de sueños y desilusiones, experiencias y emociones, inspiran a la gente a dar su tiempo, su energía y su voto por un candidato. Observemos algunas de las características humanas, rasgos, virtudes y tribulaciones que compelen a la gente a votar por una candidatura. Algunos están motivados por la culpa de haber apoyado en el pasado a personajes y partidos políticos que provocaron debacles sociales y económicas en el país.

Esa culpa los impulsa a corregir estos errores que se dan en libertad de elección, como si fuera una forma moderna de lavarse los pecados. Otros están orientados por su búsqueda de la bondad, mediante principios y valores compartidos. Sin duda alguna, el carisma es la mayor fuerza social que obtiene votantes para un candidato. No menos importante es el enojo, que hace que la gente no acepte nunca más la manipulación de la partidocracia. Y por supuesto, la gente vota por afinidad y por ego.

Esta lista de motivaciones humanas no es para comparar su valor moral relativo, sino para entender el gran espectro mental y emocional en el cual vivimos todos. En consecuencia, un político inteligente debe tener un poderoso entendimiento de lo que motiva a la gente a votar y la habilidad para sentir  cuál de estos motivadores está actuando en una determinada contienda electoral. En realidad debe ser un poco psicólogo y psiquiatra para leer el corazón y la mente de sus electores todo el tiempo. Pues las emociones y otras características psicológicas están siempre presentes en los individuos el momento de tomar una decisión deliberante por uno u otro candidato.

Los políticos de Patria Altiva i Soberana han aprendido a entender y utilizar las preferencias y predilecciones de la gente. Mientras que la oposición compite en adivinar cuál es el precio y valor del voto mediante argucias publicitarias, los candidatos del movimiento PAIS reconocen los aspectos humanos en la toma de decisión electoral. Y dándole el apropiado respeto a la persona, obtienen la necesaria ventaja sobre sus opositores. Observar al electorado como gente y no como simples votos, maximiza  su valor social y político como mandantes de la democracia.

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