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El Telégrafo

Mi voto por Pío Jaramillo Alvarado

27 de abril de 2013

En Loja se ha promovido un concurso para dar nombre al aeropuerto de Catamayo. Con asombro leo que no está incluido el del Dr. Pío Jaramillo Alvarado. Es difícil sintetizar la vigorosa personalidad de quien fuera declarado “Doctor en Ecuatorianidad y Ciencias de la Patria”. Su formación la hizo en la escuela Miguel Riofrío, colegio Bernardo Valdivieso y Universidad de Loja, en la que se graduó de Doctor en Jurisprudencia.

A más de sus méritos como jurisconsulto, fue periodista combativo en diarios del país, en los cuales con el seudónimo de “Petronio”, se ganó la admiración de los lectores, por la claridad de las exposiciones y el profundo conocimiento de los temas tratados. Actuó como fiscal contra los asesinos de Alfaro presentando un formidable alegato que luego recogió dentro de la obra “Estudios Históricos”, junto a variados temas en los que demostró gran versación. Sus ensayos sociológicos, entre los que destacan “El indio ecuatoriano” y “La Presidencia de Quito- Alegato histórico-jurídico sobre nuestra nacionalidad”, llevan el sello de su profunda devoción por el Ecuador, al que procuró dar bases para una defensa fundamentada de nuestros derechos territoriales.

Militó en el Partido Liberal, al que representó en el Congreso, aunque sus experiencias en la política lo llevaron tempranamente a comprender que ese ideario era ya insuficiente para los nuevos momentos que se vivían. Por ello planteó la formación de un partido Social-Agrario, que fusionara el Liberalismo Radical y el Socialismo, que él planteaba autóctono y nacional. Formó parte de la Liga Antiimperialista y en tal ámbito escribió dos libros fundamentales “El régimen totalitario en América: democracia y fascismo” y “Las guerras de conquista en América”. Fue docente en Loja, Guayaquil y Quito. Fue periodista, historiador, jurista, sociólogo, político y lojano esencial.

Su amor por la tierra natal lo llevaba continuamente a su seno. Publicó la “Historia de Loja y su provincia” con célebre prólogo de otro lojano, Benjamín Carrión. Participó en la creación de la provincia de Zamora-Chinchipe. Lo conocí en su ancianidad cuando recorría a pie -como lo hizo en el Oriente- los pueblitos cercanos a Malacatos donde tenía su finca
El Prado. Recuerdo su talante afable y sencillo y la bondad que desprendían sus ojos profundamente azules.  

Considero de estricta justicia, sin desmedro de otros nombres ilustres, que nuestro aeropuerto debe llevar su nombre.

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