Entre otras acepciones de fantasma o fantasía, constan en la Real Academia: “Visión quimérica como la que se produce en los sueños o en las figuras de la imaginación”. “Ilusión de los sentidos, desprovista de la realidad”. Es una falsa imagen creada para asustar, causar pánico o engañar a la gente, principalmente a los crédulos.
En el periodismo “independiente” funciona el sensacionalismo, como tendencia para exagerar los acontecimientos, según convenga, crear fantasmas de la política y confundir la realidad. En el fondo se trata de una estrategia de los medios privados para defender intereses empresariales y abrir campaña disimulada contra los regímenes que propugnan cambios estructurales para mejorar el modo de vida de las clases sociales postergadas.
La historia demuestra que la “prensa independiente” siempre operó aliada de la derecha política y hoy, en pleno proceso electoral confuso por la proliferación de grupos sin precisión ideológica, desata todo su poder y artimañas para bloquear el avance de la Revolución Ciudadana. Como no hay líderes y solo quedan unos cuantos dirigentes de la extinta partidocracia, que actúan sin coherencia entre lo que proclaman y su accionar, los medios particulares, con sus articulistas, emprenden intensa campaña, tendente a crear los fantasmas de la política o a promover los falsos valores, mediante amplia cobertura y exaltación a personas de irrisoria significación, traidores, vulgares insultadores y hasta de implicados en hechos desagradables. Transcriben, como novedades periodísticas, insultos contra valiosos funcionarios del régimen y protegen a los perseguidos por la justicia.
Es vergonzoso que la prensa “independiente” promueva candidaturas de ineptos y descalificados que con su comportamiento irregular, ofendieron al país, cuando tuvieron oportunidad de servirlo. La decisión equivocada, de unos cuantos, de crear fantasmas, ni siquiera se justifica como broma, porque la justa electoral que se aproxima es un proceso serio, en el que solo deben participar personas con un pasado limpio y que han legado, a la posteridad, ejemplos de sus buenas acciones. A los promotores de fantoches les recordamos que es tiempo de encender luces, retroceder y buscar el camino correcto para cumplir su misión: difundir la verdad y guiar a los pueblos hacia un mundo de paz, justicia y armonía social.
Invitamos a entender que Rafael Correa Delgado, propuesto para la reelección presidencial, requiere competidores, pero a la altura de los grandes hombres, que se alisten a cumplir con la urgencia y mandato de la historia: servir a la patria y a los ecuatorianos más necesitados. Recuerdo y, en su oportunidad, repito las frases: “No hay grandeza donde no hay verdad”. “Cada persona forja su propia grandeza”, Correa la está forjando. “Los enanos permanecerán enanos, aunque se suban a los Alpes”.