En una economía globalizada, los shocks externos afectan a los países. El lunes pasado señalamos que estos obligan a ajustes y medidas económicas. La caída del precio del petróleo, la apreciación del dólar y depreciación de monedas latinoamericanas, la baja del rublo (devaluación), el débil crecimiento de la UE y posible aumento de tasas de interés en EE.UU. afectaran a la economía ecuatoriana reduciendo los ingresos presupuestarios, impactando en el sector externo (déficit en balanza comercial), generando un menor ingreso de divisas afectando al nivel de actividad económica y la dolarización.
El Gobierno, en lo fiscal, redujo rápidamente el gasto público en 1.420 millones (839,8 en inversión y el saldo en gasto corriente) que representa una disminución de 3,9% del presupuesto. Se ha declarado que se va a continuar con las obras de infraestructura estratégicas (hidroeléctricas, carreteras, etc.) que, cuando funcionen, supondrán ahorro fiscal. Por otro lado, del gasto corriente se anuncia disminución de los no prioritarios, no regiría el incremento del 5% de alza salarial para los burócratas y habría restricción de contratos laborales. El efecto de esta medida es un menor crecimiento económico y una baja en empleo.
En el sector externo se tomaron dos medidas. La primera, una salvaguardia cambiaria, que implica un arancel adicional de 21% para productos colombianos y 7% para los peruanos. Se aplicarían estos valores porque en estos porcentajes se habrían depreciado (devaluado) las monedas de dichos países, lo que resta competitividad a las exportaciones ecuatorianas y abaratan las importaciones de estos dos socios en la CAN. El Gobierno trata con esta medida de compensar la desventaja de no poder devaluar con la dolarización. Además, se defienden las exportaciones de flores ecuatorianas que tienen mercado en Rusia. El efecto será que se encarecerán los productos de ambos países y menos importaciones de los mismos.
La segunda medida fue reducir los cupos de importaciones de vehículos en 57%, en relación al nivel de 2014, con lo cual se disminuirían dichas importaciones y se encarecería el precio de los vehículos. Estas dos medidas tratan de restringir importaciones, para ahorrar divisas e indirectamente favorecerían la producción nacional. De esta manera, el efecto sobre la balanza comercial no petrolera sería menor.
Se ha anunciado una tasa más baja para créditos hipotecarios de vivienda de hasta 65.000 dólares. En una entrevista, en radio Carrusel, el martes pasado, manifesté que al incentivar el sector de la construcción habría efectos multiplicadores en otras industrias y en generación de empleo, sobre todo no calificado, que compensaría parcialmente el efecto sobre el crecimiento y empleo. El Gobierno ha obtenido crédito e inversiones chinas que pueden paliar los impactos. Los shocks externos generan los desequilibrios económicos señalados, que tienen que ser corregidos, los que afectan a sectores, pero los intereses particulares no pueden estar por encima de los de la economía del país.