Falta un ideario político para el Día de la Mujer en Alemania. Si se pregunta aquí por el 8 de marzo, se obtienen duras críticas o bien un indiferente encogimiento de hombros. Unos lo consideran una reliquia socialista que les recuerda la época en que el país estaba dividido y las mujeres en Alemania del Este recibían claveles rojos y frases bonitas.
Para otros, las mujeres en Alemania no tienen nada que celebrar mientras sigan cobrando menos que los hombres y se vean más sobrecargadas de trabajo en el hogar. Y no son pocos los que se preguntan si no es exagerada tanta reivindicación: tan mal no se puede ir en igualdad de derechos si el país ha estado gobernado los últimos 13 años por una mujer.
Lo retraídos que se muestran los alemanes con este Día de la Mujer se muestra particularmente en Berlín. Aquí y solo aquí en la capital alemana, el 8 de marzo será por primera vez un feriado oficial. Era de esperarse que empresarios y economistas se quejaran del costo de un día no laborable. Pero incluso el alcalde de Berlín, Michael Müller, que defendió con fuerza hacer el día oficial, hasta hace poco ni siquiera sabía qué estaría haciendo para celebrar la nueva festividad en su propia ciudad.
Mientras las mujeres en muchos otros países arriesgan sus vidas si se muestran descubiertas en público, si trabajan como periodistas o si envían a sus hijas a la escuela, los problemas que las mujeres enfrentan en Alemania pueden parecer triviales. Pero incluso aquí, el reclamo de igualdad garantizado en la Constitución está todavía muy separado de la realidad social actual.
Usen el Día Internacional de la Mujer para recordar a las mujeres en Alemania y en todo el mundo que, hace más de un siglo y con un gran riesgo para sus vidas, salieron a las calles para exigir que se respeten sus derechos. Contra innumerables obstáculos, ganaron el sufragio femenino y establecieron las bases del movimiento por la igualdad de los derechos. (O)
* Tomado de DW