A quienes se expresan tan agresivos contra el régimen bolivariano, distorsionando imágenes y palabras sobre la realidad, negando implícitamente que la opción por los pobres sea válida, en vez de apoyarla para hacerla efectiva, quisiera invitar a compartir serenamente el resultado de análisis coyunturales y de investigaciones de terreno, si es que los han hecho para ser tan mordaces.
Les hablaría de una experiencia de viaje a Caracas por mi cuenta, sugiriéndoles ir a donde está el pueblo. Alojados modestamente, tomar el metro hasta las terminales; subir allí a un bus alimentador y entrevistar al pueblo en la periferia.
Así lo hice cuando fui. Allí preguntaba por la dirección de la escuela e invariablemente alguien me acompañaba, iniciando así entrevistas reveladoras. En barrios centrales entrevistaba a taxistas. Cuando le pedí a uno que me llevara a una escuela urbana, concentrado como estaba en conocer la verdad sobre la educación, me habló entusiasta. En la escuela a donde le pedí que me condujera estudiaban gratuitamente sus tres hijos. Al llegar, vi que ingresaba un grupo de mujeres embarazadas; protesté que no quería visitar un hospital. El taxista replicó que la educación que allí se impartía comenzaba desde el vientre materno e integrada en la comunidad.
Tuve también acceso a una cátedra de formación de médicos, donde comprobé el enfoque humanista, no mercantilista.
Los logros que observé en las misiones sociales, una de ellas la de Barrio Adentro, se han fortalecido. Lo sé por información de quien vive con los pobres, en el sector popular La Carucieña de Barquisimeto, el padre Miguel Matos, S.J. Él sugiere que se compare el comportamiento de los sectores marginales del país, el 27 de febrero de 1989, y el de estos mismos a 30 días de continuo accionar de la protesta antigobierno. “En aquella ocasión bastaron dos horas de protesta para que toda una nación se desestabilizara violentamente. Esta vez la situación ha sido diametralmente diversa… Es un fenómeno de clase media real, seudoclase media y clase alta, y además solo urbana”.
Así mismo, afirma que no se pueden ignorar tan olímpicamente las continuas ‘impertinencias’ del Sr. Kerry ni el evidente financiamiento millonario externo de la protesta. Cada guarimbero cobra 5.000 bs. semanalmente.
Ver http://www.cpalsocial.org/223.html. Hasta en España se protesta por la injerencia, los planes golpistas, las agresiones armadas y la desestabilización de Estados Unidos en países como Venezuela y Ucrania. Por algo la derecha venezolana no quiere participar en una comisión de la verdad.