Publicidad

Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Mandela, símbolo de la lucha contra el racismo

02 de julio de 2013

“La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, descansaré por toda la eternidad”. Tales palabras de Nelson Mandela fueron expresadas tiempo atrás, por quien a fuerza de mil sacrificios y de soportar las más duras pruebas que un hombre pueda enfrentar, se convirtió en un símbolo de la lucha contra el racismo y el apartheid, dentro y fuera de Sudáfrica.

Actualmente, luego de 94 años de su nacimiento en Mvezo, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata, en el Transkei, Sudáfrica, este gigante de la historia universal contemporánea, que obligó al mundo a hacer conciencia acerca de la inhumana discriminación racial y sus graves consecuencias, es atendido desde el 8 de junio de 2013 de una seria infección pulmonar que lo mantiene “en estado grave pero estable” en el Hospital de Pretoria.

Madiba –título honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela- siempre se manifestó rebelde ante las acciones racistas y los abusos de poder. Luego  de finalizar la secundaria, ingresó al Colegio Universitario de Fort Hare, con el propósito de lograr el título de Bachiller en Artes, pero fue expulsado de este centro de estudios junto con un compañero, por haber organizado y participado en una huelga. Se dirigió entonces a Johannesburgo para completar sus estudios de bachillerato, ingresando luego a la Universidad de Witwatersrand, donde recibió su título de abogado en 1942.

En 1964 fue hecho prisionero y llevado a la isla Robben, en donde permaneció 18 de los 27 años de presidio que soportó en las más infamantes condicionesEl peligroso apartheid sudafricano, uno de los más duros que han existido en el mundo, cobró mayor fuerza cuando en 1948 se creó el Partido Nacional Sudafricano, con su política de segregación racial.  Por su parte, Mandela logró especial importancia dentro del Congreso Nacional Africano (ANC), especialmente en la campaña de desobediencia civil de 1952 y en el Congreso del Pueblo de 1955, en el que se aprobó la Carta de la Libertad, que constituyó la herramienta principal en la lucha contra el apartheid. Luego de la masacre de Sharpeville, cuando durante una multitudinaria manifestación fueron asesinados por la fuerza pública 69 miembros del Congreso Pan-Africano (PAC), el Partido Comunista Sudafricano (SACP) y el Congreso Nacional Africano (ANC), en 1961 asistieron a la Conferencia Pan-Africana de ese año. En ella deciden una estrategia común atendiendo la dramática llamada a las armas de Mandela, quien anunció -además- la formación del comando Lanza de la Nación. Con ayuda de activistas judíos, tal comando fue dirigido por el mismo Mandela, quien también formó parte de la planificación de actividades de resistencia armada. Por esto Madiba era considerado terrorista, tanto por las autoridades sudafricanas como por la ONU.

En 1964 fue hecho prisionero y llevado a la cárcel de la isla Robben, en donde permaneció 18 de los 27 años de presidio que  soportó en las más infamantes condiciones. De la isla  Robben fue trasladado a la prisión de Pollsmoor y finalmente, en 1988, a la cárcel Víctor Verster en donde permaneció hasta su liberación, cuando el presidente Botha fue víctima de un derrame cerebral, siendo sustituido por Frederik de Klerk, quien firmó la libertad de Mandela en febrero de 1990. Poco después, este personaje descollante de la política, la historia y los derechos humanos de Sudáfrica y del mundo, fue elegido presidente de su nación en elecciones democráticas. Preocupado por los de su raza, derogó las leyes inherentes al apartheid y dio paso en firme a la igualdad entre los habitantes de Sudáfrica, sin distingos de razas, credos o condición económica o política.

Contenido externo patrocinado