Mientras que los países de la región andina se reunían en Chile para la sanción de una histórica declaración por la soberanía de las islas Malvinas, Gran Bretaña asecha nuevamente el archipiélago con el buque HM Dauntless de su Majestad Isabel II, con su afán imperialista de militarizar el Atlántico Sur.
Del otro lado de la cordillera, las naciones del bloque andino firmaron la “Declaración de Santiago”, que manifiesta de interés latinoamericano la soberanía por las islas Malvinas. Al mismo tiempo que el imperio británico monitorea la zona de las islas a través del buque HM Dauntless, en una clara acción colonialista que no cesa hasta el día de hoy, a pesar de que la ONU plantea que el Reino Unido debe establecer diálogo con la Argentina en el marco de las resoluciones internacionales.
Esto evidentemente no se cumple y menos cuando el Gobierno británico toma esta actitud que oscurece el panorama diplomático, colocándolo en un plano cada vez más desfavorable frente a la comunidad internacional. A su vez, el fortalecimiento de la integración regional se cristaliza en un contexto fundamental para la recuperación de la soberanía de las Malvinas. Fue así como el pasado martes 28 de agosto, en la capital chilena de Santiago, los representantes de los países andinos reafirmaron los derechos soberanos de la Argentina sobre las islas.
Uno de los aspectos que marcaron los representantes andinos fue la urgente necesidad de que el Reino Unido cumpla con lo dispuesto por la resolución 2065 de la Asamblea de la ONU. A escasos meses de cumplirse 180 años de la ocupación británica de las islas Malvinas, episodio colonial del siglo XIX, se hace imperativo restablecer la integridad territorial de la República Argentina”.
En este sentido, los firmantes de la declaración ratificaron el “firme respaldo” de sus Estados a la “Cuestión Malvinas”, y reiteraron los “compromisos asumidos” para impedir el ingreso a sus puertos de buques que “enarbolen la bandera ilegal creada por la administración colonial de las islas”, al mismo tiempo que rechazaron toda intención de “militarización del Atlántico Sur” por parte de “una potencia extrarregional, situación que resulta incompatible con la intención de encontrar una solución por la vía pacífica de la controversia, al tiempo que vulnera la seguridad de la región”, como bien afirma la declaración.
Se cumplen 30 años de la guerra y del hundimiento del crucero General Belgrano, precisamente por la misma Marina que merodea las costas del Atlántico Sur. Una de las tantas venas que siguen abiertas en nuestra América. Por eso es menester que la Argentina y toda Latinoamérica estén más unidas que nunca por la reivindicación de algo esencial para defender y consolidar la Patria Grande:
la soberanía.
(*) Ensayista y escritor. Integrante del Centro de Estudios Históricos, Políticos y Sociales Felipe Varela, de Argentina.