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El Telégrafo

Los vientos de la historia

17 de octubre de 2012

España no tardó en felicitar al presidente Hugo Chávez por su tercera elección consecutiva. Dato curioso porque, después de la intentona golpista que buscó sacarlo del poder, España se había apresurado en reconocer el nuevo gobierno golpista. Pero el pueblo de Venezuela exigió dar marcha atrás a los acontecimientos y, después de 3 días, logró que el proceso bolivariano siguiera adelante con el presidente Chávez. En estas últimas elecciones, el mismo pueblo venezolana confirmó masivamente la continuidad del socialismo bolivariano. Llama la atención que 84% de los venezolanos fuera a votar en un país donde el sufragio no es obligatorio.

Este apoyo masivo a Chávez -desde la primera vuelta- demuestra la calidad política del pueblo de Simón Bolívar, su grado de conciencia y su capacidad de decisión: han descubierto que “el poder está en nosotros”, el pueblo “llano”. Tal vez España ha descubierto por dónde van “los vientos de la historia”. Después de Cuba, Venezuela pasa a ser el nuevo faro de América Latina y de muchos otros países del Tercer Mundo. Cuba sigue resistiendo casi 50 años de embargo norteamericano y facilita la caminata de América Latina hacia el socialismo del Bien Vivir y Convivir.

En su orgullo secular y suicidario, Estados Unidos y Europa no quieren reconocer su caída al abismo neoliberal. ¿Será que España hace otro análisis de la realidad latinoamericana? “Ni un paso atrás” proclamaba la revolución sandinista antes de ser asfixiada por el imperio norteamericano con la complicidad de los países europeos.

Con el nuevo milenio, América Latina ha decidido zafarse de su situación impuesta de “patio trasero” de los países del Norte. Muchos pueblos, mediante elecciones, se niegan a obedecer las órdenes imperiales, aunque los mismos de siempre obliguen a Honduras y Paraguay a detenerse y retroceder. Claro está que este camino de independencia, soberanía y creatividad no es ni será rectilíneo, pero la dirección está marcada.

El ejemplo de Hugo Chávez nos confirma lo que dijo el profeta Ezequiel: el pueblo de los pobres necesita de “buenos pastores” y no de “malos pastores que solo se preocupan de sí mismos. Se alimentan de la leche, se visten de su lana, sacrifican los animales más gordos, pero no se preocupan de las ovejas”.

Ojalá el ejemplo del pueblo de Venezuela nos provoque a nosotros, los ecuatorianos, a crecer en conciencia política, en capacidad de decisión y en tomar las riendas de nuestro presente y futuro.

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