Son aquellos que, desde el poder, ordenaron masacrar a las masas guayaquileñas humildes el 15 de noviembre de 1922.
Son aquellos que expresaban su total acuerdo para que las haciendas fueran vendidas “con indios y todo”.
Son los que, sin ruborizarse, ordenaron disparar a mansalva al pueblo de Guayaquil el 2 y 3 de junio de 1959.
Son los que en los años sesenta ponían bombas en las iglesias para luego culpar al “comunismo ateo”.
Son los que sumisamente firmaron las Cartas de Intención del FMI y los nocivos TBI.
Son aquellos que ofrecieron pan, techo y empleo. Repartieron autoritarismo, torturas, muerte.
Son aquellos que, sin ningún cargo de conciencia, redactaron la Constitución de 1998 que preparó el terreno para el futuro asalto bancario.
Son los que olvidan los triunfos democráticos del pueblo, como la decisión del mandante del 17 de febrero de 2013: Rafael Correa vence en una sola vueltaSon los que, camuflándose en discursos armoniosos, ejecutaron el “feriado bancario” y quebraron al país.
Son aquellos que empujaron a muchos ecuatorianos al suicidio, como única forma de escapar de la miseria que llegó -intempestivamente- desde las esferas del poder.
Son los que, perversamente, olvidan los triunfos democráticos del pueblo. Olvidan, por ejemplo, la decisión del mandante del 17 de febrero de 2013: Rafael Correa triunfa en una sola vuelta. Cien asambleístas de la Revolución Ciudadana resultan electos; no obstante, pretenden inocular amnesia al pueblo e imponer agendas desde los intereses corporativos.
Son aquellos que, haciendo coro a los “ideólogos” del imperio, encabezados por Fukuyama, proclamaron el fin de la historia y de las ideologías. Aplaudieron con entusiasmo el mundo unipolar.
Son los que, mostrándose como “paladines de la democracia y de la libertad”, no son otra cosa que pequeños títeres de las grandes transnacionales de la información.
Son aquellos que, por unas cuantas monedas, hipotecan su patria para beneficiar a intereses extranjeros.
Son los que alquilan sus espacios para publicar lo que otros escriben.
Según cifras de la empresa consultora mexicana Mitofsky, en su evaluación semestral de 2013, el presidente Rafael Correa ocupa el segundo lugar de popularidad (84%) detrás del presidente de República Dominicana, Danilo Medina (88%). En tanto que Barack Obama tiene un 44%, Sebastián Piñera 36%, el hondureño Porfirio Lobo 32%, Juan M. Santos 25%. ¿Encuesta impresentable?
Lo cierto es que algunos miembros del Partido Mediático Mercantil Ecuatoriano (PMME) continúan en sus andanzas. No asimilan todavía que los candidatos a los que apoyaron en forma entusiasta fueron derrotados -contundentemente- por el pueblo ecuatoriano el 17 de febrero de 2013. Recordar es saludable. También es beneficioso aceptar la realidad. No se hagan los locos…