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El Telégrafo

Los tortuosos caminos del origen de la vida

08 de diciembre de 2013

La pregunta fundamental sobre nuestra propia existencia es cómo se originó la vida. La respuesta conlleva mucha carga ideológica, filosófica y científica. Los investigadores de este tema se encuentran ante el dilema de si la vida se originó en la Tierra o vino de otro planeta.

Científicos rusos acaban de aseverar que la vida pudo venir de cualquier otro planeta y que viajó en meteoritos. Según el programa ‘Meteorito’ de la nave Bion-M 1 que probó la supervivencia de bacterias, solo una endospora termófila sobrevivió a temperaturas extremas (1.000 grados Celsius) y sin oxígeno. Estos experimentos probarían la llegada de la vida a la Tierra, pero no su origen.

Probar el origen de la vida en la Tierra es más complicado. Primero se deben tomar en cuenta las condiciones atmosféricas del planeta en sus inicios. Hace 4 mil millones de años tenía las condiciones para formar vida. Según el empirismo racional, para definir un organismo, como lo concebimos hoy, lo primero que debió producirse son estados más densos del agua, esto es similares a una gelatina o grumos de grasas, y así lo acaban de postular en la Universidad de Cornell-USA, aseverando que la arcilla del fondo de los mares generaría un hidrogel que habría ejercido una función de confinamiento de las biomoléculas y catalizado las reacciones bioquímicas para que se agrupen sustancias primigenias de los ácidos nucleicos y los aminoácidos.

Otros investigadores, partiendo de hipótesis inversas, es decir no pensar lo que pasó en el agua, sino en qué aguas podría haberse originado la vida, acaban de postular que es probable que el origen de la vida sea en aguas de manantiales termales a partir de la formamida, que tiene todos los elementos para originarla (carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno); allí habrían tenido lugar las primeras agrupaciones de sustancias autorreproducibles y de intercambio de iones.

En cualquier caso, sean en los mares o en los manantiales, debe primero delimitarse un espacio y luego generarse una membrana que separe lo externo de lo interno, es decir la membrana celular y posteriormente, al especializarse las funciones, aparecería el núcleo celular.

Todos los modernos experimentos concluyen que existen las evidencias necesarias para entender el origen de la vida en la Tierra y que una vez iniciada fue sometida a las presiones evolutivas, a la selección natural y a los cambios genéticos hasta llevarnos a lo que somos ahora: homo sapiens sapiens.

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