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El Telégrafo
Oswaldo Ávila Figueroa, ex docente universitario

Los olvidados en el Día del Maestro

11 de abril de 2015

Para venerar la memoria de Juan Montalvo, se decretó la fecha de su nacimiento, 13 de abril, como el día consagrado a reconocer el aporte del maestro ecuatoriano en el desarrollo del país. En los tiempos modernos se ha comprendido que la educación es índice de cultura de los pueblos y orienta a la niñez y juventud en su justo anhelo de superación como persona y profesional. El maestro es el eje de todo el sistema educativo.

Predica con ejemplo y para su eficiente desempeño requiere capacidad, honradez, sentido vocacional y estar fervientemente convencido de que su obra se mide en el tiempo: contribuir a enderezar vidas humanas y en la construcción de un nuevo país, donde imperen el bienestar social y la justicia.

Hay grandes maestros olvidados en su día y por siempre, que ejercieron su misión sirviendo a los demás sin esperar recompensa; y otros, que ofendieron al prójimo y siguen aprovechando su investidura para fustigar al régimen del Buen Vivir. La grandeza de los maestros se aprecia por el legado de sus enseñanzas, de contenido humano, a las nuevas generaciones, y se descarta a determinados falsos valores, cuyos nombres, para sarcasmo, se exhiben en centros educativos, calles y avenidas. Es oportuno recordar que en la era del cambio, al verdadero maestro se lo considera un profesional excepcional, que no solo le interesa percibir un sueldo, sino guiar a sus alumnos, mediante cívicos mensajes, en la urgencia de participar en los procesos que plantea la sociedad para su total mejoramiento.

En las reseñas periodísticas, como es costumbre, solo destacan a profesores, por el solo mérito de haber asumido funciones de relevancia en el sector educativo, de acuerdo a compromisos políticos o amistad. Los grandes que enaltecieron su labor, en su mayoría, yacen en el olvido, en su día clásico y para siempre.

Hoy se vive otra época, garantizada, con el rescate de la educación del poder del extinto MPD, que abusó mediante el chantaje para atropellar leyes y convertir a la educación en su central política. Ahora rigen leyes orgánicas de educación intercultural y superior, proyectadas, según las necesidades del país. Es tesis del gobierno de la Revolución Ciudadana mejorar la educación sobre la base de excelentes maestros. Se rompieron los esquemas del pasado y sepultaron para siempre la nociva injerencia política. Al fin se encontró el camino para la formación de una nueva generación de maestros que entiendan su moderno rol en la era de las reivindicaciones sociales.

En el mes del maestro, rememoro a excelsos educadores, ausentes de publicidad, que enseñaron a conocer el mundo, a despertar el sentido de la creatividad y entregaron las armas para vencer obstáculos y poder avanzar y avanzar. A la luz pública se contempla con transparencia los cambios en el sistema educativo en sus tres niveles. El maestro de hoy entra en otro desafío: enseñar para la investigación hacia la búsqueda de nuestros propios recursos, que aseguren la prosperidad del Ecuador y sus habitantes. No olvido a uno de mis maestros que decía: “El hombre grande ayuda a construir una patria grande”.

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