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El Telégrafo
Jorge Núñez Sánchez - Historiador y Escritor

Los normalistas

06 de noviembre de 2014

Las escuelas normales son instituciones educativas cuya misión es la de formar maestros de escuela primaria. Son un legado educativo de la Revolución Francesa y su Comité de Instrucción Pública, que en 1794 emitió, a través de la Convención Nacional, un decreto estableciendo en París “una Escuela Normal donde se requerirían, de todas las partes de la República, de los ciudadanos ya informados en las ciencias útiles, para aprender, bajo los profesores más hábiles de todas las clases, el arte de enseñar”.

Siguiendo ese ejemplo, las escuelas normales se multiplicaron por Europa y luego por América durante el siglo XIX, con el fin de formar maestros de primeras letras, que estuvieran también capacitados para ayudar a la comunidad en la que actuaban.

Las primeras escuelas normales, de método lancasteriano, fueron creadas en Bogotá, Caracas y Quito por decreto ejecutivo del Libertador Simón Bolívar, del 26 de enero de 1822, que dispuso que los intendentes de las provincias seleccionasen a maestros en funciones, o a jóvenes de talento, para que concurrieran a formarse como preceptores en las normales, en calidad de alumnos-becarios del Estado. Y cuando nuestro país fue liberado totalmente del dominio colonial, el 24 de mayo de ese mismo año, le correspondió aplicar ese decreto al general Sucre, en su calidad de Intendente del Departamento de Quito.

En México ocurrió algo semejante y las primeras normales lancasterianas surgieron tras la independencia, pero fueron suprimidas durante el Imperio mexicano y debieron ser restablecidas luego de este, convirtiéndose en el germen de las nuevas universidades estatales. En Perú se instituyó la primera normal en 1822, en Chile en 1842, en Argentina en 1870 y en Uruguay en 1885.

En la República del Ecuador nunca llegaron a establecerse normales hasta fines del siglo XIX: en 1889 se formó la Escuela Normal de Varones y en 1901 la Normal de Señoritas. Pero el verdadero despegue en la formación de docentes primarios se dio a partir de la Revolución Alfarista, cuando fueron creados los colegios normales Juan Montalvo y Manuela Cañizares, para varones y mujeres, respectivamente, en 1901.

Más tarde surgieron los normales rurales, encargados de formar maestros que laboraran en el campo y promovieran el desarrollo comunitario. Uno de ellos fue el Normal Ángel Polibio Chaves, de San Miguel de Bolívar, que graduó a centenares de maestros laicos, quienes han dejado una honda huella educativa en las provincias de Bolívar, Chimborazo, Los Ríos, Guayas, Manabí y El Oro.

Me enorgullezco de haberme formado en ese normal y de haber iniciado mi vida docente como maestro rural en un pequeño caserío andino. Y por eso mismo he sentido una mezcla de dolor e indignación al ver lo ocurrido con los jóvenes normalistas mexicanos, que fueron secuestrados y asesinados por policías al servicio del narcotráfico, cuando se formaban para llevar luces a los campesinos de su país. Esperamos que el Gobierno de México castigue con severidad tan terrible delito.

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