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El Telégrafo

Los jardines tropicales

12 de noviembre de 2013

La vegetación natural es, básicamente, la resultante de sus condiciones ambientales: suelo y clima, definiendo sus componentes el paisaje. Al respecto recuerdo las polémicas mantenidas en los años cincuenta por los naturalistas Andrade Marín y Acosta Solís, sobre el origen de la arquitectura aparasolada de los árboles tropicales, diferente a la forma puntiaguda de los árboles meridionales.

Los jardines son comunidades vegetales, yo diría que son comunidades de plantas civilizadas. El diccionario (DRAE) lo define, no por el contenido si no por el continente, y nos dice que jardín es el terreno donde se siembran plantas con fines ornamentales. Sin embargo, su presencia no es tan simple, pues obedecen al sentido estético y bienestar de los humanos, su origen entra en las leyendas prehistóricas con los jardines colgantes de Babilonia (600 a.C.) que, se relata, fueron el homenaje de amor de un rey a su esposa que recordaba con nostalgia la vegetación de las montañas de Mesopotamia de donde era originaria.

La combinación de los elementos arquitectónicos del jardín -vegetación, los cuerpos de agua y la topografía- determinan varios tipos, siendo los básicos el italiano, el francés y el inglés.

Estos tipos de jardín acuñados a las condiciones europeas no son suficientes para aprovechar las extraordinarias condiciones de la vegetación de los trópicos, lo que permitió la propuesta estética de un innovador: Roberto Burle Marx, nacido en Sao Paulo, quien curiosamente descubrió la belleza de las plantas tropicales en sus visitas frecuentes al Jardín Botánico de Dahlem, en Berlín y quedó fascinado con las especies brasileñas.

Burle Marx es contemporáneo de  los representantes de la arquitectura moderna brasileña: Oscar Niemeyer, Hélio Uchôa y Milton Roberto, entre otros, y es considerado como el padre del jardín tropical, por su capacidad de utilizar la vegetación nativa como materia prima sin desfigurar el paisaje para crear obras de arte, lo que puso a Brasil en el mapa del paisajismo mundial.

Nuestros paisanos, los que preparan viaje a Río de Janeiro para el Mundial y se hospeden en Copacabana, cuando vayan rumbo al Maracaná, podrán observar el Aterro do Flamengo, que es el mayor jardín urbano de Brasil y uno de los más grandes del mundo. Es una de las obras de Burle Marx, que nos ayudará a pensar que hay otras alternativas para nuestro pródigo paisaje tropical, además de las palmas de Miami.

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