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El Telégrafo

Los incendiarios…

18 de septiembre de 2012

…Son quienes voluntariamente y con mucha mala intención originan un incendio. Y aunque aquel siniestro puede tener objetivos diversos, siempre lleva el propósito de causar grave daño. Los incendiarios, pues, son gente peligrosa, sin conciencia, sin escrúpulos, sin alma.

Son individuos que sicológicamente enfermos o sanos de mente, pero movidos por dolosas decisiones, prenden la llama del mal en cualquier lugar, pensando únicamente en el daño fatal que buscan: asesinar a determinadas personas y acabar con sus bienes; o desaparecer las pruebas de un grave delito; o destruir la naturaleza y sus riquezas vegetales y animales; o dirigir sus protervos propósitos a conmocionar su comunidad sumiéndola en el caos y en el horror, animados por sus rencores, sus odios y sus decepciones.

En consecuencia, los incendiarios no tienen límites en sus delitos, que pueden tener su origen aun en causas políticas capaces de originar acciones de grandes magnitudes y nefastas consecuencias, planificadas para empujar a la nación a circunstancias dolorosas

Actualmente el país se debate entre las llamas de más de mil incendios forestales que acosan la tranquilidad y destruyen cuanto encuentran a su paso en 8 provincias. Esos flagelos, que parecen interminables, desde el mes de junio hasta mediados del presente han arrasado cerca de 10.000 hectáreas de zonas rurales, convirtiendo en cenizas los que hasta hace poco fueron vastos bosques que añadían belleza y vida al paisaje.

En tales siniestros -jamás antes observados en tan grande magnitud- se vieron exterminados tanto el patrimonio forestal de las zonas afectadas como su vegetación endémica y su variada fauna, verdaderos tesoros para el Ecuador. Y de acuerdo a los expertos, solo después de 50 años se podrán recuperar aquellos parajes que quizás entonces volverán a su normalidad.

¿Cómo se originaron aquellos gigantescos incendios que han precisado para enfrentarlos del esfuerzo mancomunado de elementos de diversas instituciones del Estado? Entendidos en materia de flagelos aseguran que es posible distinguir los incendios provocados de aquellos que tienen un origen natural, puesto que los primeros se propagan con rapidez inusual, porque en ellos los delincuentes han utilizado un acelerante.

Se sabe que los siniestros que actualmente acosan nuestros campos y, en ciertos casos, que están muy próximos a los centros urbanos, en un 90 por ciento han sido provocados por manos criminales, desadaptados o saboteadores que, cumpliendo lo que podría ser la nefasta consigna de causar daño a las autoridades y de provocar un caos a nivel nacional, no se han detenido a analizar lo grave de las consecuencias de su demoniaca acción que afecta al ecosistema, a los habitantes de las zonas destruidas y a los bienes del Estado. 

¿Esta vez será posible descubrir a los culpables de tan grave daño a la nación? Actualmente se encuentran detenidos cinco sospechosos de delitos incendiarios que, de acuerdo a la ley, pueden ser castigados con reclusión mayor o menor, en razón a los daños provocados.

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