Ecuador, 06 de Julio de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Los hijos de Hipócrates

03 de febrero de 2014

Juramentos como el de Hipócrates, de la Convención de Ginebra o el de Louis Lasagna dan cuenta de los principios fundamentales que deben guiar el quehacer científico y moral de los médicos. Estos juramentos históricamente han servido para que ellos comprendan que el conocimiento científico que poseen no se reduce a un ejercicio técnico, sino que  está al servicio de las personas. Ahora, en un mundo donde el capital subordina a lo humano, el juramento se ha reducido a una formalidad; esto porque cuando vemos cómo el neoliberalismo mercantilizó la práctica médica podemos comprender que la misma era asequible a quien tenía dinero para pagar. No debemos olvidar que el gremio de médicos no es homogéneo y miles fueron víctimas de la degradación del sistema de salud en los años del neoliberalismo.

Otros muchos se beneficiaron de ese sistema perverso que nutrió fuertemente los sistemas privados de salud teniendo como consecuencia el que para acceder a los cuidados sanitarios se debía tener tarjeta de crédito, cheques, dinero en efectivo o firmar un pagaré. Esa mercantilización produjo tremendas distorsiones morales y éticas en la práctica médica. Por eso es incomprensible el que este gremio haya reaccionado en contra de que se penalice a la mala práctica. Primero, desconociendo lo que dice literalmente el artículo 146 del COIP que no fue redactado en exclusividad para un gremio sino para toda actividad profesional.

Segundo, es inaceptable que los médicos que se oponen, sin conocer el artículo, siguiendo el efecto de los actores políticos mediáticos, hayan amenazado con paralizar sus actividades o renunciar como medida de presión. Tercero, vale revisar con cuidado algunos manifiestos para sorprenderse de la miopía de algunos dirigentes del gremio que han querido aprovechar políticamente la coyuntura para sacar réditos electorales recordando las viejas prácticas panfletarias del MPD. Cuarto, cuando demandan que se los trate con el respeto que se merecen, hay que recordarles que todos merecemos los mismo, más aún, cuando somos pacientes. Quinto, que ese respeto pasa por cada acto del personal de la salud.

La gran mayoría hemos sido víctimas como pacientes del maltrato cuando hay demoras de todo tipo, malos tratos personales, indiferencia, etc., que lleva finalmente a la mala práctica médica. Sexto, hay que celebrar el que el Gobierno y los representantes -no la Federación- del gremio hayan llegado a un acuerdo para superar este impase que nunca debió haberse dado. Finalmente, hay que recordar a los médicos parte del juramento de Lasagna: “Recordaré que la medicina no solo es ciencia, sino también arte, y que la calidez humana, la compasión y la comprensión pueden ser más valiosas que el bisturí del cirujano o el medicamento químico”. Es decir, todo lo opuesto a la práctica mercantil neoliberal de la medicina.

Contenido externo patrocinado