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El Telégrafo

Los eurotíteres

05 de julio de 2013

Vemos gobiernos europeos títeres, tristes esclavos de la política gendarme de los Estados Unidos. ¿Qué queda del orgullo y la cultura franceses, cuando se entregan de pies y manos a las exigencias del imperio del norte? En posición prepotente para con los países latinoamericanos, el ejercicio de tal prepotencia es solo para lamer las botas del amo estadounidense, en una muestra patética de genuflexión y obsecuencia.

Es lo que hemos visto en la insólita e incalificable acción contra Evo Morales. Para completar el dislate, Estados Unidos se burla de sus súbditos europeos, y cuando se le va a preguntar por qué presionó creyendo que en el avión de Evo estaba Snowden, declara que “eso es problema de los países que tomaron la decisión”. Armonía preestablecida: Portugal, Italia, Francia hicieron todos lo mismo para atacar a un ciudadano perseguido por los Estados Unidos, pero tal comportamiento “fue espontáneo”; Estados Unidos dice que no tiene nada que ver y deja el papelón en manos de sus impotentes aliados.

La vergüenza se ciñe sobre gobiernos a la vez autoritarios y obedientes, fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. Han violado flagrantemente la legalidad internacional, han tratado de manera absolutamente grosera al presidente de un país democrático y soberano. Han hecho trizas los legados de derechos humanos, se han reído de la tradición republicana y del apego a la convivencia y la ley.

No solo han cometido el insólito abuso contra el presidente Morales; lo han hecho como cómplices de la persecución de Estados Unidos a alguien que denunció el espionaje ilegal que ese país lanza sobre todo el planeta. En vez de levantarse ofendidos contra la agresión a las garantías individuales y a la soberanía de las naciones que implica el espionaje estadounidense sobre mails y teléfonos de todos los individuos del planeta, se ponen del lado del agresor y persiguen a un ciudadano que tuvo la valentía de denunciar lo que ya muchos sabían, pero nadie se animaba a explicitar.

¿Pero qué podemos esperar de gobiernos que ofrecían sus aeropuertos para el paso clandestino de aviones estadounidenses que llevaban prisioneros no declarados desde Pakistán o Afganistán hacia su propio territorio? Lo siniestro se ciñe sobre un mundo donde, en nombre de la guerra contra el terrorismo, todas las violaciones a la legalidad están no solo permitidas, sino promovidas.

Una luz, una esperanza, es la presencia de Unasur y la voluntad solidaria latinoamericana. No tenemos armamento para enfrentar un imperio, pero sí poblaciones que apoyan activamente a sus gobiernos. Y la vocación de respeto a los derechos individuales y sociales aún vigente, mientras Europa ha renunciado a su legado democrático, lo cual nos lleva a pensar que no fue casual que alguna vez allí el veneno nazi haya tenido un éxito que costó millones de vidas a la humanidad.

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