El “asilo político” de Emilio Palacio, ex editorialista del diario El Universo, sorprendió a todos, pues en el Ecuador no existen perseguidos políticos. Sin embargo, recordemos que a los EE.UU. huyó, cuando nuestro Mandatario lo enjuició penalmente, junto con otros directivos del periódico, por injurias calumniosas. No obstante la sentencia condenatoria, tanto a prisión como al pago de una suma de dinero, el presidente Correa los perdonó.
Y, cuando se creía que el incidente había concluido, Palacio nos sorprende con el anuncio de un asilo diplomático o político en Miami. Concedido el 17 de agosto. Un día después del concedido por nuestro Gobierno al periodista australiano Julian Assange. Se ha comprobado que el asilo a Palacio no ha sido otorgado, puesto que no existe en EE.UU. Ni este se ha adherido a la Convención de Viena. Lo que pudieron haberle concedido es un estatus de refugiado territorial.
Conocemos a Emilio Palacio Urrutia desde muy joven. A fines de los años 70 del siglo pasado. Estudiante de Economía, carrera que no concluyó. Hijo del distinguido maestro plástico, humanista, Alfredo Palacio Moreno y de María Urrutia Herrería, mujer de extraordinarios valores morales e intelectuales. Emilio se destacaba ideológicamente como un joven ultra izquierdista, seguidor del trotskismo en nuestro país. Comprometido con los movimientos campesino y sindical. Inclusive fundó un periódico de orientación izquierdista.
Mas, de un tiempo acá, se ha venido observando su viraje político como comunicador social. Lo que se confirma con su refugio en Miami, lugar donde convergen la “gusanera” y todos los antipatria de nuestra América.
Recalcamos, el tal asilo diplomático no tiene ningún sentido.
El otro asilo, en cambio, concedido por nuestro Gobierno, acorde con los instrumentos legales nacionales e internacionales, al joven periodista australiano Julian Assange, ese sí es un asilo político. Se ha demostrado que se trata de tomar la presunta violación sexual como estrategia imperial para desprestigiarlo y extraditarlo a EE.UU., donde el Departamento de Estado lo juzgará por espionaje. Sancionado con la pena de muerte o cadena perpetua.
El caso Assange ha puesto al descubierto el papel del Gobierno de los EE.UU. como responsable de una serie de acciones armadas y golpistas en distintos lugares del mundo y América Latina. Quedando todo en la impunidad.
Actualmente, solo falta que el Reino Unido entregue el salvoconducto al fundador de WikiLeaks, para que venga a disfrutar de la generosidad de nuestra gente y la belleza natural de nuestro país. El Ecuador se orgullece de su liderazgo en la lucha mundial por el respeto de los derechos humanos. Y por el de una nueva etapa en el periodismo contemporáneo.