Por los antecedentes conocidos, la petrolera española Repsol es la que menos puede declararse sorprendida por la nacionalización del petróleo argentino que les fue vendido hace más de 20 años por el entonces presidente Carlos Menem.
Esta “operación comercial” fue duramente criticada en su momento por destacados economistas del país sudamericano, tan criticada y rechazada como la dolarización de la economía impuesta por ese mismo presidente, lo que provocó la grave crisis financiera y económica posterior.
Los especialistas señalaron en ese entonces que la venta de parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) le había entregado a Repsol las importantes redes de comercio del petróleo argentino que tenía YPF, y así fue.
La empresa española obtuvo buenas utilidades, pero Argentina terminó teniendo problemas para abastecerse de su petróleo, porque es en su territorio donde este se encuentra. No en el de España.
El presidente de Repsol ha dado varias cifras señalando la cantidad de millones de dólares que pretende pedir como compensación, las que veremos más adelante en lo relativo a la economía argentina.
Por de pronto, ya el dictamen de expropiación se aprobó en el parlamento argentino y la nueva legislación se aprobará por el Congreso la semana que empieza. Los votos a favor no solo fueron del peronismo, sino también de la Unión Cívica Radical y los socialistas, solo los sectores de derecha se opusieron.
Los ejecutivos de Repsol han señalado que esperan una compensación de muchos miles de millones de dólares, el presidente de esa empresa ha hablado de 10 mil 500 millones hasta 18 mil 300 por lo que califica de “ilegítimo e injustificable”.
Sin entrar a la historia laboral de Antonio Brufau, presidente de Repsol, quien según se ha publicado obtuvo el año pasado ingresos superiores a los 8 millones de euros, veamos qué significó para Argentina, la dueña del petróleo, la gestión de Repsol en el último par de años.
Resulta que hace un año ese país tuvo que importar petróleo por 9 mil 300 millones de dólares y para este año se estimaba que las importaciones de petróleo ascenderían a 13 mil millones de dólares.
Es decir que Repsol no estaba sirviendo a los intereses argentinos, sino que estaba disponiendo del petróleo de Argentina para sus negocios particulares, en términos que quedan muy claros con las demandas de indemnización que hace Brufau que calificó la decisión del Gobierno argentino de “expropiación ilegítima”.
El ministro de Planificación de Argentina, Julio de Vido, y el viceministro de Economía Axel Kicillof, designados por la presidenta Cristina Fernández para llevar adelante estas gestiones, han advertido que el valor de lo expropiado se fijará cuando se conozca toda la “información oculta” de la empresa. Por de pronto habría que ver si corresponde descontarle los 9 mil 300 millones de dólares que el país tuvo que pagar por la importación de petróleo.
A esto se agrega que Repsol había intentado vender su participación en YPF a una empresa china, antes de que la presidenta Cristina Fernández decidiera darle el “vamos” a la nacionalización, que ya estaba decidida.
Según la prensa argentina, el timonel de Repsol le había hecho llegar otra propuesta a la presidenta para aumentar la producción de petróleo y de gas en dos etapas. La primera requería una inversión de 30 mil millones de dólares y la segunda de 12 mil millones de dólares al año.
Según Brufau, estaba buscando socios que se encontraban muy interesados, pero agregaba en su propuesta a la mandataria que “las provincias y el Estado podrían tomar una participación en la inversión de cada campo, en la escala que estimen oportuna”.
La nacionalización de YPF tendrá inversión del Estado y participación de las provincias, pero sin Repsol, de acuerdo con la decisión de la presidenta.
Según trascendió, la mandataria se entrevistó con su par estadounidense el domingo pasado en Cartagena de Indias, antes de que se clausurara la Cumbre de las Américas. El tema oficial fue la situación del avión detenido en Argentina a raíz del cargamento que transportaba y que no correspondía al señalado oficialmente.
Tratado este punto, le habría anticipado a Obama que había decidido la nacionalización petrolera. Testigo de esta reunión fue el ministro de Relaciones Exteriores argentino, quien habría tomado nota de lo conversado. Se considera esto como parte del protocolo diplomático.
El caso es que el Gobierno del país del norte no ha formulado mayores comentarios, excepto los de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que dijo que los países deben justificar y vivir con las decisiones que toman, lo que se supone también es aplicable a su país.
Europa ha reaccionado airadamente como era de esperar, ya que en medio de su gran crisis tiene la mirada puesta no solo en los países en desarrollo que tienen grandes y valiosos recursos naturales.
Le interesan especialmente los países en desarrollo, que en esta etapa crítica de la economía mundial han sorteado la crisis, han crecido y sus reservas internacionales suman miles de millones de dólares. Por eso es que Europa se ha alineado con España y que sus distintos organismos económico-financieros formulan advertencias y amenazas.
En contraste, América Latina, salvo alguna excepción, ha cerrado filas con Argentina y la nota inesperada la dieron los “indignados” de España, que a través de su portavoz dijeron que la medida no afecta a España, “sino a algunas élites, las mismas que le están haciendo daño al país”.
*Frida Modak, periodista, fue secretaria de Prensa del presidente Salvador Allende.