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El Telégrafo

Los derrotados y el anuncio ridículo de una oposición

23 de febrero de 2013

Los grandes derrotados, los rezagos de la partidocracia, la rancia derecha bancaria explotadora y los medios de comunicación “independientes”, sin ocultar su vergüenza, con disimulo, reconocen la nueva y contundente victoria electoral de Alianza PAIS y su líder, Rafael Correa Delgado. Los perdedores no han anunciado su retiro, en el silencio, adoptan tregua, como estrategia, hasta que la euforia popular disminuya en su intensidad.

La derecha política, petulante, ahora representada por la bancocracia,  con hipocresía se ríe de su derrota y grita con gesto de odio escondido: “Se ha inaugurado una nueva oposición política en el Ecuador”. La prensa comercial acoge esa voz desesperada como expresión de boicot o calculada amenaza para entorpecer la definición de un profundo cambio institucional.

Se trata de una prematura y ridícula oposición sin sentido. Sería insensato oponerse a la gran obra social que el Presidente promete concluir en los próximos cuatro años. O quizás llama oposición utilizar recursos y dinero para neutralizar la aprobación de una nueva Ley de Comunicación que garantice el cese del abuso de quienes se creen dueños de la verdad.

Solo un torpe decretaría la oposición a un programa de gobierno que promueve la terminación de la pobreza. Guillermo Lasso, que se autoproclamó líder de la nueva oposición, debe entender que el pueblo ya aprendió a identificar a sus enemigos, a comprender el significado del proceso de cambio que vive el Ecuador y que el período de los traidores, sediciosos e insurrectos expiró definitivamente.

La prensa comercial se agrega a la lista de los vencidos en la histórica contienda electoral del 17 de febrero de 2013. El periodismo privado, en el transcurso de la era republicana, hasta estos días, ha funcionado y destacado como un ferviente aliado de la derecha reaccionaria. Haciendo gala de su poder mediático, ha disfrutado de onerosos negocios e influido en las decisiones  de los gobernantes.

Se reconoce y se acepta que el periodismo crítico, solvente y altivo ayuda a fortalecer la democracia, pero el que se moviliza a defender sus intereses y el de sus aliados pierde credibilidad y espacio. Hoy cayó derrotado, pero reacio a perder su hegemonía, en algún momento, con el anacrónico eslogan “Por la defensa de la libertad de expresión,” intentará seguir manejando a su manera la opinión pública.

El Presidente, en su discurso de gratitud, afirmó: “Se ha ratificado que aquí ya no manda la bancocracia, la partidocracia, ni el poder mediático. Con esta revolución mandan los ecuatorianos”.

Con el arrollador triunfo de Rafael Correa se consolida la democracia, se garantiza la estabilidad  política y un gobierno para todos los ecuatorianos. Con la práctica de elecciones libres y puras, se abre un nuevo ciclo en la historia patria con el emblema del Buen Vivir.

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