En estos tiempos en que tanto se habla de libertad de expresión, pareciera que los únicos que tienen derecho a expresarse son los periodistas, y en especial aquellos que suelen entrevistar a funcionarios o ciudadanos en sus programas de radio o televisión.
Después de pasar por muchas entrevistas, y de sufrir variados abusos y maltratos, hallo que también los entrevistados debemos reivindicar algunos derechos a la libre expresión, que a veces no conocemos.
Son los siguientes:
1º. Derecho a aceptar o no una entrevista: nunca se deje presionar por la supuesta “opinión pública” y, si no quiere ser entrevistado, o tiene alguna duda sobre la entrevista en sí misma, diga No.
2º. Derecho a calificar previamente las preguntas: si finalmente decide aceptar una entrevista con la prensa, la radio o la televisión, usted tiene derecho a solicitar que le envíen previamente las preguntas que le harán y a calificar aquellas que quiere o no quiere responder. De este modo, nadie puede obligarle a responder preguntas que usted no desea.
3º. Derecho a convenir si habrá o no repreguntas: no basta con escoger previamente las preguntas, pues el entrevistador puede hacerle repreguntas que usted no quisiera responder. Para evitarse tal situación, negocie previamente con el entrevistador o su representante las posibles repreguntas que usted admitiría responder. Nadie le puede obligar a contestar repreguntas que usted no desee.
4º. Derecho a responder por escrito: si se trata de prensa escrita, usted puede responder por escrito si no quiere hacerlo de viva voz.
5º. Derecho a no responder una pregunta inesperada. Si alguien le pone un micrófono delante de su boca, o una cámara ante su rostro, usted tiene derecho a quedarse callado o a responder que no desea comentar el tema. Igual cosa puede hacer durante una entrevista aceptada por usted.
6º. Derecho a saber previamente si la entrevista será en vivo (es decir, que sale al aire ese mismo momento) o pregrabada para pasarla después. Usted debe recordar que, en este último caso, el entrevistador puede editar, recortar y manipular a su gusto las declaraciones pregrabadas.
7º. Derecho a grabar por su propia cuenta las declaraciones que haga a la radio o la televisión. Nadie puede impedirle que usted grabe y guarde copia de sus declaraciones, para luego saber exactamente lo que dijo y evitar, así, que las editen o alteren, con el riesgo de que le hagan decir lo que no quiso.
8º. Derecho a que nadie más esté presente durante la entrevista. En ocasiones suele ocurrir que uno llega invitado a una entrevista y se halla con que le han montado un debate con un tercero o con varias otras personas, lo que constituye una trampa. Niéguese a participar en un acto que usted no conocía o no autorizó previamente.
9º. Derecho a pensar sus respuestas. No se deje intimidar por las cámaras, los micrófonos o las grabadoras, ni se deje presionar en busca de respuestas rápidas. Tómese su tiempo y responda con propiedad.
10º. Derecho a preservar sus conocimientos. Hay “ordeñadores” que entrevistan a alguien para sacarle todo lo que sabe y luego se lucen con los conocimientos ajenos, citando al entrevistado apenas de pasada. No suelte todo lo que sabe, asegúrese de que no está siendo “ordeñado” y exija garantías de que se le dará el crédito que merecen sus conocimientos.