La Misión solidaria Manuela Espejo es un programa emblemático e importante para el Ecuador. Por iniciativa del Gobierno, miles de personas que padecen discapacidades fueron tomadas en cuenta y hasta ellas llegaron los brigadistas ecuatorianos acompañados de expertos cubanos. Fueron evaluadas, identificadas, geoposicionadas y diagnosticadas por primera vez en el país, dentro del Primer Estudio Biopsicosocial, Clínico Genético de las Personas con Discapacidad.
El Ecuador invirtió muchos recursos en la Manuela Espejo, y aún los datos oficiales no se dan a conocer. Por ello he insistido sobre la necesidad de que el país publique con urgencia la importante información levantada por la Misión.
La Revista Cubana de Genética Comunitaria ha publicado ya nueve artículos científicos sobre los datos ecuatorianos. Siete de estos son escritos por investigadores cubanos como autores principales y en cuatro aparecen colaborando tres personas ecuatorianas.
El aporte cubano es muy loable, y refleja la celeridad y buena construcción científica con la que han trabajado para presentar los datos ecuatorianos con los diferentes matices de las discapacidades: estrategia computacional, epidemiología, diagnósticos, defectos intelectuales, consanguinidad, problemas genéticos y hasta casos raros.
Desde la perspectiva de los investigadores nacionales, de los ciudadanos y del Gobierno, quienes debían publicar primero, por ser los mentores del programa Manuela Espejo, debían ser los ecuatorianos.
Científicamente, hasta que
salga la publicación oficial,
los investigadores
nacionales solo podrán
citar los trabajos cubanos
Es apremiante despojarse del sigilo sobre los datos y publicar el libro oficial “Misión Solidaria Manuela Espejo. Memorias”, que luego de varias peripecias está por salir, según se ha dicho. Recién en ese momento sabremos realmente lo que pasó con las discapacidades en Ecuador. Podremos comparar y corregir los datos que no concuerden con las publicaciones cubanas, podremos planificar acciones para las personas con discapacidades, realizar mejores investigaciones y prever ayudas precisas.
Los dueños naturales y los beneficiarios directos del estudio deberían ser los ecuatorianos y todas las personas con discapacidad, que en una publicación lastimosamente solo representan un número. Científicamente, hasta que salga la publicación oficial, los investigadores nacionales solo podrán citar los trabajos cubanos. Es de esperar que Ecuador pueda publicar internacionalmente los logros de este programa nacional e identificar a quienes contribuyeron con los estudios de la Misión, caso contrario, ocurrirá lo que la sabiduría popular dice: No están todos los que son, ni son todos los que están.