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El Telégrafo

Los checos y la Copa Davis

24 de noviembre de 2012

El fin de semana pasado se jugó en Praga la final de la centésima edición de la Copa Davis. Los españoles buscaban su sexto título y mantener un año más en su poder la famosa Ensaladera de Plata que habían ganado en el 2011. De su parte, los checos querían sacar ventaja de su condición de local, jugando en cancha cubierta, en una superficie rápida, con el apoyo de su público en el O2 Arena.

La intención principal de los checos fue vengarse de la derrota de 5-0 en la final 2009 en Barcelona y destronar al campeón reinante que buscaba su cuarto trofeo en los últimos cinco años y el sexto en su historia. En 1980 cuando todavía era Checoslovaquia, de la mano de Ivan Lendl, bien acompañado por Tomas Smid, Jan Kodes y Pavel Slozil, logran ganar la Copa Davis venciendo a Italia 4-1 en en la cancha cubierta del Sportovni Hall en Praga, y continuaron jugando bajo la bandera checoslovaca hasta 1992; a partir de 1993 comenzó la participación por separado de los países de República Checa y Eslovaquia.

El campeón defensor llegaba a la capital checa sin su máxima figura Rafael Nadal, todavía convaleciendo de su lesión de rodilla, pero con un poderoso equipo, liderado por David Ferrer, el # 5 del mundo, que llegaba a esta serie con mucha confianza y muy motivado por la gran campaña cumplida este año. Como segundo singlista el # 11 del ranking, Nicolás Almagro, quien en años anteriores se había sentido marginado del equipo capitaneado por Albert Costa en algunas ocasiones, como él mismo declaró en una oportunidad, y quería responder a la confianza depositada en él por el capitán actual Alex Corretja.

Para el partido de dobles, que en la previa aparecía como un punto clave, los designados eran Marc López y Marcel Granollers, especialistas en la modalidad y recientes campeones del torneo de Maestros 2012, que reúne a las ocho mejores parejas del planeta, además le daban la oportunidad de descansar el sábado a los dos jugadores de singles, para no llegar con ese desgaste adicional para los encuentros del domingo.

España llegaba a esta final tras vencer en Oviedo a Kazakhstan en la primera ronda por 5-0, en cuartos de final a Austria 4-1 en Castellón, y a Estados Unidos en Oviedo en semifinales, todas sobre cancha de arcilla. Para los checos la situación era diferente, de antemano se sabía que Tomas Berdych y el experimentado Radek Stepanek próximo a cumplir 34 años, llevarían la pesada carga de jugar todos los  partidos durante los tres días de competencia.

Además, su capitán Jaroslav Navratil cifraba sus esperanzas en los dos puntos de singles Berdych #6 del mundo, y en un triunfo en dobles con Berdych -Stepanek, la base de los triunfos checos frente a Italia en Ostrava por 4-1, contra Serbia -sin Novak Djokovic- 4-1 sobre polvo de ladrillo en Praga en cuartos de final, y de visita en Buenos Aires 3-2 sobre Argentina en semifinales.

De antemano era muy poco probable que tuvieran oportunidad de jugar los otros dos integrantes Ivo Minar y Lukas Rosol -el verdugo de Nadal en Wimbledon-. Los días previos no estuvieron exentos de polémica, los españoles se quejaron de la velocidad de la cancha y exigieron al juez árbitro y al representante de la ITF que les revelen los valores de la medición que se hace para ver si cumple con los parámetros establecidos, llegando incluso a amenazar con no asistir a la ceremonia del sorteo; pero finalmente se determinó que la cancha cumplía con los requisitos a pesar de estar muy cerca de los límites permitidos.

Otra situación que creó malestar dentro del equipo peninsular fueron las declaraciones de Feliciano López, quien manifestó que se encontraba sorprendido por su exclusión del equipo, ya que su juego de potente servicio y subidas a la red se adaptaba mejor a la superficie que el de Almagro. Feliciano no hizo una gran temporada 2012 y se encontraba en el puesto 40 de la clasificación; Fernando Verdasco (# 23) e incluso el doblista Granollers (# 34) lo superaban en el ranking individual, y en mi opinión, a pesar de su experiencia en Davis cometió un error al hacer pública su opinión, creándole una presión adicional a Almagro. Dentro del equipo checo se respiraba un aire de tranquilidad, que probablemente influyó mucho en la definición de esta final.

El sorteo determinó que los encargados de abrir la serie fueran David Ferrer y Radek Stepanek. El español demostró toda su solidez, su velocidad de piernas, movió al checo por toda la cancha con su derecha y no tuvo mayores problemas para vencerlo 6-3, 6-4, 6-4 para poner en ventaja a España. El segundo partido fue muy equilibrado y Almagro llevó al favorito Berdych hasta el límite; pero el checo apoyado por su público lo ganó 6-3 en el quinto set, para mantener su invicto en Copa Davis el 2012, con su sexto triunfo en singles. Hasta ese momento la serie se desarrollaba dentro de la lógica, sin sorpresas.

El partido de dobles cobraba gran importancia para ambos equipos, y a a pesar de que los españoles juegan todo el tiempo juntos y venían de ganar el Masters sobre cancha cubierta -aunque mucho más lenta-, habían perdido dos partidos consecutivos en Copa Davis frente a los austríacos Marach y Peya en cuartos de final, y contra Estados Unidos con los hermanos Bryan en semifinales.

El cuarto punto entre Ferrer y Berdych se presentaba complicado para el español;  sin embargo, David lo resolvió de  manera impecable, casi sin errores no forzados. En el quinto y decisivo punto Radek Stepanek, a pocos días de cumplir 34 años, debía jugar su tercer partido en tres días. Pero el cansancio no lo afectó pese a que Ferrer se presentaba como  favorito.

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