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El Telégrafo

Los cambios de conciencia sobre la Tierra (3)

26 de octubre de 2013

Una de las más grandes interrogantes es: ¿qué tan poco conscientes estamos de la situación del planeta Tierra? Es fácil decir a unos pocos que el planeta se encuentra en un proceso de autodestrucción sin precedentes y que si la mayoría no toma conciencia de la grave situación, vamos directo hacia la catástrofe y aniquilamiento de todas las formas de vida. ¿Y cuántos saben que la destrucción ambiental y explotación humana son producto de un sistema político y económico, injusto, egoísta y codicioso?

Según J. Stiglitz, el 1% acumula lo que el 99% necesita. El sistema financiero, los grandes empresarios, banqueros, producen bienes innecesarios que son adquiridos adictivamente a través de una propaganda engañosa. ¿Conoce el ciudadano promedio que Estados Unidos, con el 4% de la población mundial, consume casi el 25% del petróleo, o que China es el país que más contamina?

El 27 de septiembre de 2013 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático  (IPCC), de las Naciones Unidas, difundió un documento elaborado por más de 800  científicos.  Actualizó los avances  con relación a los registrados en el informe de 2007. Señaló que el nivel de certeza pasó del 90% al 95% sobre la responsabilidad humana del calentamiento global y sus desastrosas consecuencias para todos, en especial para los humanos. ¿Alguien recuerda eso? Peor aún, ¿alguien escuchó o leyó eso? Lo anterior fue noticia de un solo día.  

Somos tan quemeimportistas e irresponsables que nos tranquiliza saber que  no somos el único país que llevamos una vida consumista y destructora. Sorpresa: Ecuador está en  los rankings de contaminación acelerada vehicular, de alimentos, tierras agrícolas, ríos, agua, aire.  

La humanidad demanda de forma urgente un cambio hacia una forma de vida sustentable y buen vivir para todos. Lo irónico es que, si no cambiamos, al final, no hay dónde escapar. Nuestro planeta Tierra es un Titanic con grandes agujeros que requieren una reparación urgente. Confucio dijo hace 2.500 años: “Saber y no hacer, es no saber”. Esto recae en las creencias y acciones. No lo creemos. No creemos que nos afecte a nosotros. No lo vemos llegar. La falta de conciencia no alcanza para tener una masa crítica indispensable para cambiar el camino apocalíptico al cual nos dirigimos. Irónico, esto es como recibir un disparo de bala. Nadie ve nunca la bala volando. No se puede. ¿Cómo sabemos que estamos heridos? Por el dolor y la sangre corriendo. No deberíamos dudar de que la bala ya está volando hacia nosotros.

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