En mi primer artículo de este año escribí: “Se vienen tiempos difíciles en 2015 en lo económico, por shocks externos, que implicarán ajustes y medidas; además tendríamos los conflictos por la entrada en vigencia de nuevas leyes que afectarán a intereses; a eso se suma, por el lado político, las estrategias de los partidos y movimientos por las enmiendas constitucionales.”
En el artículo de la semana pasada dije que el envío del proyecto de impuesto a la herencia, no tuvo una estrategia comunicacional, que ahora busca realizarse; sumándose la falta de análisis del entorno, provocando un desconocimiento o desinformación del público respecto a quien realmente afectaba. Lo mismo pasó con el proyecto de impuesto a la plusvalía. Las protestas, espontáneas u organizadas, no se hicieron esperar y el tema se politizó y, pescando a río revuelto la oposición, tanto de derecha como de izquierda radical, generó una opinión contraria a los proyectos, llevando al gobierno al retiro temporal de estos.
Al no haber una idea clara de a quienes impactaba el impuesto a la herencia, la derecha aprovechó para señalar que toda la gente sería afectada, cuando en realidad lo pagaría la clase media alta y la alta. Como defiende la propiedad, familia y libertad y como se iba impactar dicha trinidad, con los proyectos de ley, utilizó como táctica la acusación de que estaba en peligro el patrimonio familiar. Por ello, rechazan el diálogo propuesto por el gobierno, más bien la derecha tradicional (PSC-MDG), la más conservadora (Creo) y el Prefecto del Azuay llaman a movilizaciones para supuestamente defender los intereses de la gente; las Cámaras Empresariales y la derecha emergente (Suma) están a la espera de los resultados. En realidad estos movimientos políticos defienden los intereses que representan y buscan medir su poder convocatoria para sumar apoyo electoral.
Piketty señala en su libro “El capital en el siglo XXI” que, cuando el rendimiento de capital supera significativamente la tasa de crecimiento, hay fuerzas que empujan a la concentración del ingreso y de capital y “es casi inevitable que los patrimonios heredados dominen por mucho a los patrimonios constituidos a lo largo de una vida de trabajo, y que la concentración de capital alcance niveles muy elevados y potencialmente incompatibles con los valores meritocráticos y los principios de justicia social que son el cimiento de nuestras sociedades democráticas.” O sea, en economías de mercado, hay una tendencia a la concentración del ingreso y riqueza que produce desigualdades y la herencia aumenta Estas. Si bien hay que resaltar de la cita los patrimonios constituidos a lo largo de una vida de trabajo, intentar redistribuir la riqueza, afectando la propiedad, de quienes tienen el poder real, es un tema sensible, que no se previó.
En política, como en fútbol o ajedrez, los errores o malas jugadas se pagan con la derrota del juego o partida, pero no significan la pérdida del campeonato. La oposición ganó la opinión pública que impedirá tramitar estos y otros proyectos. (O)