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El Telégrafo

Leonidas Proaño Villalba

31 de agosto de 2012

En el Ecuador las élites y sus partidos políticos se acostumbraron a recibir elogios de los medios de comunicación… que son de su propiedad. Ahora pretenden ir más allá: a los que trabajaron arduamente por los oprimidos los hacen aparecer como sus “aliados”.

Tal es el caso del sacerdote Leonidas Proaño, el mismo que apareció un tiempo atrás en fotografías retocadas que fueron publicadas en varios medios de alienación privados, a propósito de la defensa de la “libertad de expresión”.

Dejemos que él mismo nos cuente algunos episodios de su vida: “Soy hijo de familia pobre. Tanto mi padre como mi madre dedicaban largas horas del día a tejer sombreros de paja. Recuerdo que llegué a cumplir satisfactoriamente esta tarea y que me sentía orgulloso de ver mis manos ampolladas, sangrantes y luego encallecidas”.

“Durante unos pocos años mi padre arrendó unas cinco hectáreas de tierra. Entonces también aprendí a sembrar, a desyerbar y a cosechar”.

“Una frase que se repetía mucho en el seno de mi pequeña familia era: ‘De lo ajeno, ni una aguja’ y que tenía que ver, particularmente, en nuestras relaciones con los demás pobres”.

En marzo de 1962, el “Obispo de los Indios” fundó las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador (ERPE). Fue la primera radio educativa del país que –desde el primer día– sirvió para alfabetizar, concienciar y organizar a los indígenas.

Proaño estuvo convencido de que la opción preferencial por los pobres es un imperativo para los sacerdotes y cristianos en su tarea de aplicar las enseñanzas de Jesucristo, solidario y liberador. “O bien caminamos en el sentido del Evangelio, sin rehuir su incidencia en lo político, o bien, con el pretexto de que la Iglesia no se mete en lo político, contribuimos a que este sistema de dominación permanezca y se consolide”.

Con la sinceridad que lo caracterizaba, también comentó: “Me han dicho que soy un Obispo Rojo, comunista. Yo me confieso cristiano. Un sacerdote que se ha esforzado por ser cristiano. Y por lo tanto, no debo tener miedo a las calumnias, las amenazas ni la muerte. Si trabajar cristianamente por la paz, la justicia y los derechos de los más pobres es ser rojo, ojalá que todos nos volviéramos siquiera colorados”.

Fue un servidor incansable de la Teología de la Liberación, de la Iglesia de los Pobres. A partir del 31 de agosto de 1988 su cuerpo está en reposo. No obstante, el espíritu de Leonidas sigue acompañando a los miles de indígenas que dejaron la oscuridad del analfabetismo. Sus ideas están junto a los pobres que ama y seguirá sirviendo.  

En la campaña electoral que se avecina, los métodos de “apropiación” y de “confusión” podrían repetirse con otros ilustres ecuatorianos. Las élites criollas deben dedicarse a buscar en nuestra historia personajes que las representen. ¿Los encontrarán?

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