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El Telégrafo

Las tribulaciones del banano

04 de agosto de 2012

El desarrollo de la actividad agrícola del Ecuador tiene condiciones naturales auspiciosas: suelos fértiles y una relativa estabilidad climática sin la presencia de fuertes vientos que ocasionen desastres, garantizando tanto la producción exportable como la oferta necesaria para la seguridad alimentaria.

Estas condiciones favorables alertaron a las agencias extranjeras exportadoras de banano y con el apoyo de un gobierno desarrollista y modernizador en el 40 y principios del 60 los empresarios medios lograron un vigoroso desarrollo de las plantaciones del banano en la Cuenca del Guayas y en la provincia de El Oro. De la indicada fecha a la presente, la crisis del  pequeño productor se ha vuelto permanentes.  

Si revisamos la información del Tercer Censo Nacional Agropecuario podemos establecer que las unidades de producción agropecuarias (UPA) de hasta veinte hectáreas (ha) significan el 84% del total de UPA, lo cual representa apenas el 20% de la superficie agraria en explotación generando para los pequeños agricultores condiciones asimétricas de acceso a la tierra que exigen una urgente corrección.

Situación similar a la anterior encontramos en los cultivos del banano, producto emblemático del país. El número de UPA de los agricultores de 1 hasta 20 hectáreas es mayor y casi similar a los de 20 hasta más de 200 hectáreas. En cambio la superficie ocupada por los que tienen menos de 20 hectáreas es apenas el 17% de la tierra del total ocupado por el cultivo. Estos pequeños productores (15.880 UPA) no hay duda de que no podrán mantener el paquete tecnológico de insumos que exige el cultivo del banano hasta su exportación. 

El desarrollo agrícola que copiamos establece una propuesta tecnológica seductora y modernizante, favorece a los grandes empresarios exportadores (lo cual de ninguna forma es censurable), lo que más bien se expresa es la necesidad de reconocer la realidad social existente y la urgencia de establecer un desarrollo que corrija las limitaciones sentidas por los sectores vulnerables, como son: capacitación técnica, control de precios de los insumos, el establecimiento de organizaciones campesinas fuertes y disciplinadas capaces de mantener una oferta de banano de exportación de excelencia, a la cual el Estado garantice cupo con todas las exigencias del comprador. Defender al pequeño agricultor es evitar el desempleo y desarraigo del campesino.

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