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El Telégrafo

Las ONG en el movimiento femenino ecuatoriano

16 de enero de 2014

Recordemos que hasta la década de los 60 eran muy pocas las organizaciones de mujeres que con objetivos feministas sobrevivían: la Unión Nacional de Mujeres del Ecuador (UNME) con sede en Quito, la Unión Revolucionaria de Mujeres Ecuatorianas (URME) también en Quito y la Unión de Mujeres del Guayas en esta ciudad. Con criterio clasista se organizaron las médicas, las obstetrices y las secretarias.

En el decurrir histórico las artesanas y sindicalistas se organizaron en los comités La Aurora y Rosa Luxemburgo, que brillantemente actuaron en la huelga del 15 de noviembre de 1922. Las obreras de la fábrica La Internacional de Quito fueron las primeras que formaron su sindicato en abril de 1933.

Las pocas que quedan siguen dependiendo económica e ideológicamente del imperio norteamericano y de la Unión  EuropaLas indígenas crearon su primera organización, bajo la dirección de Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña, a comienzos de esta misma década. La Asociación Femenina Universitaria surge a raíz de la Revolución de Mayo, en agosto de 1944. El 13 de mayo de 1966 nace la Asociación Jurídica Femenina de Guayaquil, pionera de las reivindicaciones legales femeninas.

El año 1975 fue proclamado por la ONU, Año Internacional de la Mujer, con miras a obtener la igualdad femenina en todos los campos.

Cuando los efectos globalizadores neoliberales generaban un panorama desolador, a partir de los años 80, aparece una variedad de organizaciones no gubernamentales (ONG), con diversos objetivos, financiadas desde afuera, principalmente por organizaciones estadounidenses y europeas. Las ONG femeninas contaban  con muchos recursos económicos, lo que indujo a que organizaciones que carecían de los mismos desaparecieran en el transcurso del tiempo.

En los 90 se multiplicaron las ONG, con perspectiva de género. Generalmente sin rendir cuentas a nadie. Si bien es innegable que contribuyeron a modificar la cultura respecto a la capacidad de la mujer, ellas eliminaron el sentido clasista, dejando el puramente feminista.

Mas los tiempos cambiaron. Hoy, el gobierno de la Revolución Ciudadana, derrumbando prejuicios, costumbres y estereotipos sociales y culturales contra su capacidad, las ha colocado en puestos relevantes en las estructuras del poder político y económico.

Lo cual es un gran avance, resultado de una lucha de las mujeres, larga y muy dura. De ahí que es comprensible por qué han disminuido las ONG femeninas en nuestro país.

Aunque las pocas que quedan siguen dependiendo económica e ideológicamente del imperio norteamericano y de la Unión Europea.

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