Publicidad

Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Las obras hídricas

09 de julio de 2013

La puesta en servicio (como ha sucedido en estos días) de las obras civiles, construidas para el aprovechamiento de los recursos hídricos, siempre es  una buena noticia y galvaniza los sectores empresariales de producción agrícola, sobre todo los de productos de exportación.

El volumen de agua natural con el que cuenta el Ecuador supera varias veces el promedio mundial, del cual se utiliza solamente el 30% del agua superficial y el 3% del agua subterránea disponible, convirtiendo  este recurso en una de las fortalezas para el desarrollo de nuestra economía.

Las restricciones del agua disponible en diferentes regiones del mundo se han vuelto frecuentes, constituyendo su falta una seria limitación para el desarrollo. Al respecto se informa que mientras la población del mundo en el siglo se ha triplicado, las necesidades del agua han crecido seis veces, restringiendo su disponibilidad y aumentando su contaminación.   

El 70% del uso del agua dulce se estima que corresponde a la producción agrícola, la industria absorbe una media del 20% del consumo mundial y el consumo doméstico absorbe el 10% restante. Esta tendencia mundial del uso del agua es bastante similar a los valores observados en el país.

La distribución del agua exige la construcción de  obras civiles, las cuales necesitan inversiones financieras cuantiosas que en nuestro país son soportadas por el Estado. En otras palabras, es toda nuestra sociedad la que financia estas inversiones, por lo tanto, es coherente que  sea la beneficiaria, mediante políticas justas de redistribución de beneficios y garantía de su seguridad alimentaria.

La construcción de represas es la obra civil promovida y calificada entusiastamente como imprescindible para el almacenamiento y regulación del agua, pero también han sido calificada severamente como negativa para el equilibrio medioambiental, sin embargo, ha demostrado eficiencia en relación de otros métodos con objetivos similares, como son los de desalinización, con altos costes de energía y liberación de salmueras que ocasionan problemas ambientales y de contaminación permanente de las aguas de difícil solución.

Es indudable que las represas, como elementos extraños introducidos en un ambiente natural, ocasionen impactos negativos, sin embargo, son controlables mediante la aplicación de los planes de manejo financiados suficientemente y severamente auditados por el Estado, con el apoyo de los usuarios organizados.

Contenido externo patrocinado