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El Telégrafo
Juan Montaña, columnista invitado

Las elecciones del domingo

24 de mayo de 2014

El próximo domingo serán las elecciones en Colombia. Los medios de comunicación en las últimas semanas nos han mostrado una guerra sucia donde todo se reduce a un conflicto personal entre buenos y malos, cuyos protagonistas son, como víctima, el candidato presidente Santos, de un lado; y como verdugos, el expresidente y senador Uribe y su delfín, Óscar Iván Zuluaga, por el otro.

Sin embargo, si vamos un poco más allá de la agenda mediática, lo que se decide es más complejo: en la elección del domingo está en juego el destino de la geopolítica regional de la próxima década. Y ello es así porque cuatro de los cinco candidatos en contienda (Juan Manuel Santos, Óscar Iván Zuluaga, Marta Lucía Ramírez y Enrique Peñalosa) representan las diferentes variaciones del uribismo neoliberal nacional, mientras que solo una de las opciones en contienda (Clara López) encarna una versión colombiana del proyecto progresista que se ha desarrollado en nuestro continente en los últimos 15 años.

Y lo digo así porque, el 25 de mayo, los colombianos decidirán si buscan una alternativa al capitalismo global, en consonancia con los aires progresistas que vivimos en algunos países de la región, o se mantienen en su tradicional insularidad neoliberal.

Aunque la respuesta no está dicha, si nos atenemos a los resultados de la última encuesta, de Invamer Galup, la consultora que trabaja para los más grandes medios de comunicación colombianos, realizada entre el 10 y el 13 de mayo pasados, la mayoría de los colombianos seguirá siendo uribista y neoliberal; pues Zuluaga obtendría el 29,3%, mientras que Santos recibiría el 29%. La encuesta muestra también el ascenso de otra exministra uribista, Marta Lucía Ramírez, quien tiene el 14,4% de la intención de voto.

En el cuarto lugar figura Clara López Obregón, del Polo Democrático Alternativo (PDA), con el 10,9%; mientras en el último puesto encontramos a otro uribista: Enrique Peñalosa, que tiene el 10,6% del apoyo.

Si analizamos rápidamente estos números tendríamos que: el 83,6% de los colombianos apoya alguna versión del uribismo neoliberal y tan solo el 11% propende por un cambio radical de política y destino. La pregunta entonces es, si los colombianos creen en el neoliberalismo, lo que es evidente, ¿a cuál de los neoliberalismos uribismos apoyarán?

Si las cosas quedan como están, en Colombia habrá segunda vuelta y los colombianos escogerán entre quienes creen, como Santos, que la consolidación de las élites y del modelo económico neoliberal requiere una paz negociada con las FARC, que permita extender el bienestar que actualmente vive la Colombia urbana de clase media hacia el país rural minoritario y olvidado; o entre quienes entienden, como Uribe y Zuluaga, que la inserción definitiva de Colombia en el neoliberalismo global depende de ganar la guerra y obtener la paz del vencedor.

El domingo sabremos cuál es la alternativa del pueblo colombiano y, por ende, en qué escenario nos moveremos en la próxima década en América Latina.

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