Recordemos, que si bien el capitalismo arrancó a la mujer del hogar y la incorporó a la producción, no lo hizo para emanciparla económicamente sino para explotarla, sometiéndola, en sus inicios, a prolongadas jornadas de trabajo, pagándole salarios muy bajos. Para protestar contra esta situación, el 8 de marzo de 1857 un grupo de trabajadoras de la confección, organizó un desfile en la ciudad de Nueva York.
Al realizarlo fueron atropelladas bárbaramente sin conseguir los objetivos propuestos. Tres años más tarde constituyen su organización a través de la cual lo lograron. En 1910 la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas, en Copenhague, a petición de la alemana Clara Zetkin, decidió establecer el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, en homenaje a las heroicas mujeres neoyorkinas. De ahí que esa fecha es de combate y reflexión de las mujeres de todo el mundo, sobre sus logros y propuestas de nuevas reivindicaciones. Las ecuatorianas lo hemos hecho en forma permanente.
Es verdad que la Revolución Liberal Alfarista nos habilitó para el ejercicio de cargos públicos, nos abrió las universidades y los institutos normales, estableció el divorcio y creó la base legal para que ejerciéramos el derecho al voto; mas la lucha por nuestras reivindicaciones específicas como madres, trabajadoras, ciudadanas ha sido muy dura.
Gracias a nuestra acción unitaria hemos alcanzado algunos logros, fundamentalmente en el área legal, como son las reformas al Código Civil en 1989, que mejoraron sustancialmente la condición legal de la mujer casada, las comisarías de la Mujer y la Familia en 1994, la Ley contra la violencia a la Mujer y la Familia en 1995 y la Ley de Amparo Laboral en 1997.
En el quehacer político, hasta el año 2007 fueron contadas las mujeres que desempeñaron altos cargos en la dirección del Estado. La mujer era considerada una persona de segunda categoría. Es en el Gobierno actual, el de la Revolución Ciudadana, en el que comienza a dignificarse a la mujer, creando condiciones propicias para el desarrollo de sus capacidades y posibilidades.
Por primera vez se designa a mujeres en cargos y funciones de exclusividad masculina, como el de Ministra de Defensa. En todas las lides electorales se cumple con los principios de equidad de género y alternabilidad. En el gabinete ministerial cerca de la mitad son mujeres. Hay mujeres en todas las instancias del Estado. Se ha valorizado el servicio doméstico. En fin, se crean condiciones propicias para hacer efectiva la igualdad de género.
Lo expresado nos lleva a pensar que en este año las ecuatorianas celebraremos el Día Internacional de la Mujer con júbilo y optimismo. Por los logros alcanzados en razón del género y en la sociedad. Y, como copartícipes en el proceso de radicalización hacia la democracia participativa.
A estas alturas del tiempo falta mucho por hacer.
Mas, la lucha es dura, pero llena de satisfacciones.