Publicidad

Ecuador, 28 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Las artes celebran al libro

08 de noviembre de 2013

“Los encuentros de escritores solo sirven para encontrarse con los viejos amigos” decía Juan Rulfo. Y tenía razón. Recibía un montón de invitaciones, pero solo aceptaba ir a aquellos a los que también iban sus buenos amigos. De otro modo, nunca los veía. Hoy, los encuentros, transformados en ferias, sirven también para hacer negocios. Es decir, son espacios de comercialización, venta e intercambio. Así están concebidas las grandes ferias, la de Frankfurt, Madrid o Guadalajara, por tanto, sus resultados se miden por montos de inversión y ventas.

En el caso de Ecuador, las ferias del libro siguen siendo espacios de encuentro, como la que ahora mismo se realiza en la Universidad Católica. Y de motivación y fomento de la lectura. Es decir, de buenos deseos y buenas intenciones. Y claro, los editores quieren aprovechar, como es obvio, también para elevar sus ventas y, en muchos casos, para deshacerse de sus “huesos” (libros que no se venden).

El Ministerio de Cultura y Patrimonio acaba de anunciar la sexta edición de la Feria Internacional del Libro de Quito con algunas novedades y variaciones. Ya no solo es la literatura la protagonista, ahora son las artes. Como lo fue la primera edición que se denominó “La fiesta de la cultura 2008, las artes celebran al libro”. Y fue en verdad una fiesta. Es decir, en torno al libro se aglutinan la música, el teatro, el cine, la fotografía, la danza, e incluso otras actividades recreativas. Todas confluyen en el libro.

Otra novedad es el cambio del lugar, del incómodo Centro de Exposiciones Quito se traslada al Centro de Convenciones Bicentenario (antiguo aeropuerto), que tampoco es un lugar adecuado, pues no se han realizado mayores reformas para que sea, en verdad, un centro de convenciones,  pero cuenta con espacios abiertos formidables, sobre todo para los eventos artísticos.

El país invitado “de honor” es Colombia, que tiene una industria editorial dinámica y con una cantera de  escritores que cada año reciben premios y reconocimientos. Vendrá con toda una caravana de artistas, que incluye una muestra gastronómica, aunque ciertamente con escasas “figuras” literarias.

La Cámara Ecuatoriana del Libro participa, como todos los años, puesto que recibe una subvención directa del ministerio, razón por la cual los socios (editoriales grandes y pequeñas) no deben pagar dinero alguno por sus stands, aunque a cambio deben dar descuentos y promociones, de tal manera que el beneficiado de esa subvención sea el lector.  

Sin embargo, la clave está  en el fomento a la lectura. Es decir, en la generación de políticas públicas para el sector. Como sabemos, el Ecuador es de los pocos países que no cuenta con un plan nacional de lectura y la Ley del Libro vigente de poco sirve para dinamizar el sector editorial. Por tanto, estos deberían ser los temas que ocupen los espacios de reflexión y discusión. En este sentido, mucho tenemos que aprender de Colombia; su Ley de Fomento al Libro, su sistema nacional de bibliotecas, su plan “Leer es mi cuento”, etc.

La situación económica, social y cultural de un país se mide también por sus niveles de lectura. La recomendación del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc) es que un país debe aumentar sus niveles de lectura en la misma proporción que su nivel de crecimiento. Y en esto, Ecuador aún tiene una deuda pendiente. Es hora de empezar a pagarla.

Contenido externo patrocinado