Así lo dijo Fidel Castro en los primeros días del triunfo de la Revolución Cubana. Y tanto es así, que las primeras medidas tomadas por su gobierno no fueron económicas, sino culturales y patrimoniales. Y no se equivocó, la cultura se convirtió en una notable herramienta para dinamizar su economía y para romper el bloqueo norteamericano. La educación; el cine, la música y la acción de Casa de las Américas han sido pilares fundamentales para cimentar el proceso revolucionario y también para presentar al mundo un rostro alegre, creativo y amable. Por ello, no sorprende que ahora, en la Feria Internacional del Libro de La Habana, asistan 320 mil personas, se comercialicen 433 mil ejemplares que generaron ingresos por 4 millones de dólares, y asistan 436 escritores y artistas extranjeros.
Caminar por las calles de La Habana es reencontrarse con ese espíritu libre y valiente. Tantos años resistiendo el feroz bloqueo con muchos sacrificios, pero con orgullo y dignidad. Cuba vive un período de cambios, ya por sus calles y avenidas no solo circulan los automóviles de los años 50, sino también vehículos cero kilómetros. Ya no hay escasos “paladares” abiertos por cubanos para los turistas, sino que son muchos ya los restaurantes, las tiendas y los negocios instalados “por cuenta propia”.
En La Habana Vieja se ejecuta un plan de restauración de edificaciones patrimoniales agresivo y ambicioso. Se han habilitado numerosas edificaciones para hoteles y restaurantes, para vivienda, para escuelas y centros de salud, de tal modo que la recuperación de ese cen tro histórico es integral y sin desalojar a los residentes cubanos que han vivido en esas casas por décadas. Así se tiene una Habana Vieja viva, activa y atractiva.
Ecuador también participó en la Feria del Libro de La Habana, destacada la presencia de las poetas afroecuatorianas Irma Bautista y Sulia Caicedo, así como los recitales de la cantante Karla Kanora. Y la presentación de los libros “Rondando a JJ”, de Raúl Serrano; y “Malabares”, de Iván Egüez. Aunque el stand de Ecuador dejó mucho que desear, escasos títulos y el stand de Guayaquil vacío.
Importante la designación de Ecuador como país invitado de honor en la feria 2014. Sin duda un logro significativo para la cultura del país.
Logros que se iniciaron, en honor a la verdad, en la gestión del entonces ministro de cultura Galo Mora, y la primera feria en la cual Ecuador era invitado de honor fue la FIL de Caracas, a donde, en noviembre de 2008, asistieron 110 escritores (muchos de los cuales se habían leído, pero no se conocían), 40 músicos y artistas plásticos y se fletaron dos aviones para transportar los libros de autores nacionales. Algo sin precedentes. Ahora el reto es gestar una representación digna y que revele no solo a la literatura sino al arte y la cultura del Ecuador de hoy.