Publicidad

Ecuador, 28 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

La verdadera deuda externa (I)

23 de agosto de 2013

Luis Britto García nació en Caracas, Venezuela. Es narrador, ensayista, dramaturgo, dibujante, explorador submarino. Premio Casa de las Américas (1969 y 1970). Premio Latinoamericano de Dramaturgia Andrés Bello (1980). Premio Nacional de Literatura (2002), entre otros.

El 12 de octubre de 1990, con motivo de celebrarse el Día de la Resistencia Indígena, escribió el texto “Guaicaipuro Cuautémoc cobra la deuda a Europa”. Obra que fue publicada por el diario El Nacional, de Caracas, el 18 de octubre de 1990.

En este trabajo de ficción, Britto reflexiona sobre la deuda que tiene Europa con América y con qué palabras un miembro de los pueblos originarios de nuestro continente podría reclamarla.

“Aquí pues yo, descendiente de quienes poblaron América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se la encontraron hace quinientos”He aquí el texto: “Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuautémoc,he venido a encontrar a los que celebran el Encuentro. Aquí pues yo, descendiente de quienes poblaron América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se la encontraron hace quinientos. Aquí pues nos encontramos todos: sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa”.

“El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Ya los voy descubriendo”.                        

“También yo puedo reclamar pago. También puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solo entre el año de 1503 y el de 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? No lo creyera yo, porque es pensar que los hermanos cristianos faltan a su séptimo mandamiento.

¿Expoliación? Guárdeme Tonantzin de figurarme que los europeos, igual que Caín, matan y después niegan la sangre del hermano. ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que califican al Encuentro de Destrucción de las Indias, o a ultrosos como el doctor Arturo Uslar Pietri, quienes afirman que el arranque del capitalismo y de la actual civilización europea se debió a esa inundación de metales preciosos”.

“No: esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de varios préstamos amigables de América para el desarrollo de Europa. Lo contrario sería presuponer crímenes de guerra, lo cual daría derecho, no solo a exigir devolución inmediata, sino a indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuautémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis. Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio de un ‘Plan Marshalltzuma’ para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los musulmanes, cultores del álgebra, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización (…)”.

Contenido externo patrocinado