Publicidad

Ecuador, 25 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

La unidad. Su trascendencia política

05 de febrero de 2013

Anuestro juicio, el mayor logro estratégico de la Revolución Bolivariana de Venezuela es el de la unidad de los sectores democráticos, opción vital para ganar la batalla a la oligarquía y al imperio norteamericano. El comandante Hugo Chávez reivindica el valor de la unidad por la que luchó el Libertador Bolívar contra la tendencia expansionista y hegemónica de los EE.UU.

Sabido es que la más grande ambición de Bolívar fue construir una sola nación de toda la América Española. Lo manifiesta en su célebre expresión: “Es la unión que falta para completar la obra de nuestra regeneración”, escrita en la Carta de Jamaica el 6 de septiembre de 1815. Pero su empeño fracasó. Lo boicoteó EE.UU. País que consideraba que los proyectos integracionistas bolivarianos significaban el nacimiento de un nuevo y férreo poder americano, capaz de contraponer a sus planes imperialistas.

Según Chávez, lo que preocupaba a Bolívar no eran los partidos políticos, sino las divisiones dentro de la patria. Y recuerda sus dramáticas palabras, escritas el 20 de enero de 1830, suplicando a los colombianos: “Compatriotas, escuchad mi última voz al terminar mi carrera política; a nombre de Colombia os pido, os ruego que permanezcáis unidos para que no seais los asesinos de la patria y vuestros propios verdugos”. Es decir, fue la división la que lo liquida y termina liquidando a la Gran Colombia. Pues el 13 de enero de 1830 se separó Venezuela. El 13 de mayo, nuestro país.

El 4 de junio de ese mismo año cae asesinado en Berruecos Antonio José de Sucre, uno de los amigos más leales al ideario bolivariano.

El 10 de diciembre el Padre de la Patria pronunció su última proclama: “Yo bajaré al sepulcro. Sí, al sepulcro… lo que me han proporcionado mis conciudanos… pero los perdono. Ojalá yo pudiera llevar conmigo el consuelo de que permanezcan unidos… Mis últimos votos son por la felicidad de la patria, si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.

El día 17, a la una y siete minutos de la tarde, murió en Santa Marta. Doscientos años después, la Revolución Bolivariana de Venezuela evidencia cuánta razón le asistió a Bolívar. La férrea unidad de los sectores populares y democráticos, con su instrumento político motriz, el Partido Socialista Unido, le han permitido avanzar en corto tiempo hacia el socialismo, fortaleciendo la democracia participativa, en la ciudad y en el campo.

Además, ha sido el impulsor de la integración de nuestra América y del Caribe, consolidando el sueño bolivariano de la unidad regional. Imposible de destruir. Lo demuestra la cumbre de la Celac, recientemente reunida en Chile. Sus treinta y tres miembros trabajaron en un ambiente de solidaridad y respeto. Además, Cuba, la expulsada de la OEA, asumió la presidencia pro témpore de la misma.
¡Los tiempos cambiaron!

En Ecuador, la Revolución Ciudadana, heredera de nobles esperanzas, está llamada a liderar el cambio social. Para ello es imprescindible aglutinar y organizar las fuerzas progresistas. Lo que anuncia nuevas victorias del pensamiento bolivariano.

Contenido externo patrocinado