Publicidad

Ecuador, 27 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

La unidad en la diversidad

16 de mayo de 2013

Hace poco se reunió en La Habana el Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo. Espacio político de la izquierda y sectores progresistas de debate y comunicación, creado en 1990 por iniciativa de los líderes Luis Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores del Brasil, y Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, en un momento histórico promovido por la caída de la Unión Soviética, y por ende una política hegemónica y prepotente de los Estados Unidos y los efectos del neoliberalismo en los países de Latinoamérica y el Caribe.

El último Foro en La Habana, luego de rendir homenaje al comandante Hugo Chávez y respaldar el proceso del socialismo en marcha en Venezuela, estimó el tema de la unidad de la izquierda latinoamericana y del Caribe como el prioritario en la actual etapa histórica para enfrentar los embates del imperialismo, la ofensiva mediática corrupta y salvar los procesos de integración en la región.

Coincidimos con tan acertada decisión, porque el enemigo creyó que, fallecido el líder revolucionario, debía desaparecer la Revolución Bolivariana y, con ella, la unidad regional. El imperio ha estado acostumbrado a derrocar nuestros gobiernos democráticos.

Fresco está el golpe de Estado que destituyó al presidente constitucional de Honduras, José Miguel Zelaya, con el apoyo de los EE.UU., el 28 de junio de 2009, luego de que el 2 del mismo mes los cancilleres de América Latina y el Caribe aprobaron por aclamación el reingreso de Cuba a la OEA. Así mismo, el golpe de Estado parlamentario en el Paraguay, el 21 de junio del año pasado, que depuso a su presidente constitucional, el sacerdote Fernando Lugo. Un poco más lejano está el golpe de Estado que derrocó al presidente democrático de Guatemala, Jacobo Árbenz, en 1954, e instauró una dictadura militar sangrienta, por su intento de nacionalizar la United Fruit Company, la transnacional yanqui que controlaba las bananeras centroamericanas. Y el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, en Chile, que derrocó al presidente socialista Salvador Allende, dando inicio a la dictadura fascista de Augusto Pinochet. No olvidemos también que existen en la región muchas bases militares extranjeras, principalmente de los EE.UU., aproximadamente 22 y otras clandestinas, administradas por el Comando Sur. Se propone instalar nuevas en los próximos años.

Como vemos, el peligro acecha. Por tanto, se hace  imperiosa la unidad de todas las corrientes de la izquierda latinoamericana, en la diversidad, guardando su independencia, su propia identidad, luchando contra el sectarismo, el individualismo, el dogmatismo, vicios aliados del imperio norteamericano y sus lacayos en el continente.

Recordemos la reflexión de Bolívar, escrita el 20 de enero de 1830:  “Compatriotas, escuchad mi última voz al terminar mi carrera política: a nombre de Colombia os pido, os ruego, que permanezcáis unidos para que no seáis los asesinos de la patria y vuestros propios verdugos”.

Contenido externo patrocinado