La evaluación de los resultados de la aplicación de las tecnologías transferidas desde el norte a los países del sur es necesaria para establecer sus impactos y beneficiarios.
El concepto de la división norte-sur no se refiere a la ubicación geográfica de los países, sino más bien obedece a razones políticas para calificar la desigualdad global, originada históricamente por el colonialismo de los países desarrollados europeos en detrimento de los países del sur.
Geográficamente, la mayor parte de estos países del sur (subdesarrollados) se ubica en los trópicos, franja del globo terrestre, entre los paralelos 23° 27’ al norte y sur, a partir de la línea ecuatorial.
En nuestro continente en esta región se localiza nuestro país y desde su descubrimiento y conquista ha sido la fuente de aprovisionamiento de recursos naturales y en particular de los denominados renovables para el desarrollo de los países del norte, aplicando tecnologías desarrolladas en condiciones ambientales y contextos socios económicos diferentes a las existentes en nuestro medio y al ser introducidas sin previa evaluación han tenido impactos ambientalmente contaminantes, socialmente dependientes y financieramente insostenibles.
Entre las experiencias recientes en los trópicos, al respecto tenemos los resultados de la denominada “Revolución Verde”, término que fue utilizado por primera vez en 1968 por el ex director de Usaid, William Gaud.
La “Revolución Verde” incrementó significativamente la productividad con monocultivo de variedades de semillas mejoradas y con la aplicación de paquetes tecnológicos con grandes cantidades de insumos: agua, fertilizantes y plaguicidas sintéticos y la utilización de maquinaria de alto consumo de combustibles fósiles. Lo cual favoreció financieramente a las grandes industrias del norte productoras de maquinarias y químicos.
Los resultados obtenidos no fueron los esperados, ambientalmente los niveles de contaminación aumentaron y económicamente nuestros agricultores -los del sur- no pudieron financiar los costosos paquetes tecnológicos elaborados por las industrias productoras de químicos del norte y el número de hambrientos calculados en 870 millones en el mundo sigue siendo muy alto y se localizan en los trópicos.
Estos resultados nos indican que, si bien los conocimientos científicos tienen carácter ecuménico, su aplicación -que se expresa en la tecnología- resuelve situaciones específicas siendo necesaria su estricta evaluación para ser introducidos en otros ámbitos.