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El Telégrafo

La salud y el agua

16 de abril de 2012

El agua para uso doméstico y saneamiento es una de las tareas pendientes a resolverse prioritariamente en el actual milenio para mejorar la supervivencia y la calidad de vida de la población de los países de bajos y medios ingresos.

El Director Adjunto de la Dirección de Promoción y Relaciones Externas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el Foro Mundial del Agua realizado en Marsella, informaba que el 11 por ciento de la población del planeta sigue sin tener acceso al agua potable y 2.500 millones de personas no disponen de servicios de saneamiento adecuados, por lo cual consideraba de vital importancia los aportes que en el indicado foro se hicieron, para promover la cooperación descentralizada como solución de los indicados problemas.

Una de estas propuestas corresponde a la denominada “Plataforma de Solidaridad Mundial para el Agua” y cuenta con el apoyo de los gobiernos de Francia y Suiza.

Esta propuesta plantea la conexión de organizaciones y autoridades locales de los beneficiarios del Proyecto con las autoridades municipales de agua de los países más desarrollados, para que estas puedan actuar directamente y apoyar la mejora de los servicios de agua y saneamiento en los contextos de procesos de desarrollo, aportando el 1% de sus ingresos o presupuestos.

En lo que corresponde a la organización institucional para la administración de los recursos hídricos,  la ONU señala que en los países en desarrollo "se observa una incapacidad general para crear instituciones capaces de enfrentar la gestión del agua en condiciones de escasez y conflicto", aunque resalta algunos avances en países sudamericanos que han emprendido reformas de gestión del agua.

Este problema de ineficiencia institucional en el país,  lo observamos periódicamente y cada vez con mayor severidad en circunstancias de desastres, siendo afectados cruelmente los sectores económicos vulnerables de nuestra sociedad, los cuales no han logrado organizarse para enfrentar estos desastres con  el apoyo de las entidades responsables de mantener una estrategia permanente de solución de estas contingencias.

La falta de agua potable en estas circunstancias  tiene graves consecuencias sobre la salud, proliferando enfermedades como la malaria, el dengue y las diarreas; esta última se considera como la segunda causa de morbilidad en el país, siendo los más afectados los niños.

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