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El Telégrafo

La Revolución Juliana

15 de abril de 2013

La semana pasada fueron presentados dos libros: uno integra “Deuda Gordiana”, de Eloy Alfaro y “Estudio histórico de la deuda anglo-ecuatoriana”, de Emilio María Terán, con una introducción del historiador Jorge Núñez; el otro libro (de mi autoría) se titula: “La Revolución Juliana en Ecuador (1925-1931). Políticas económicas”.

Los textos de Alfaro y Terán dan cuenta de la “deuda inglesa” o deuda de la independencia, que pesó larga y hasta trágicamente sobre la vida nacional, aunque solo el presidente Eloy Alfaro (1895-1901 y 1906-1911) trató de solucionarla en forma digna y soberana. Una historia parecida a la que vivió Ecuador entre 1982-2006, cuando los sucesivos gobiernos se sometieron a los condicionamientos externos, para garantizar, en beneficio de los acreedores, el pago de la nueva deuda ilegítima.

Por otra parte, los gobiernos julianos (dos Juntas Provisionales entre 1925-1926 y la presidencia de Isidro Ayora entre 1926-1931) marcaron el inicio del que podemos denominar como “siglo XX-histórico” del Ecuador.

La Revolución del 9 de julio de 1925, que nació con el golpe de Estado que ejecutó la joven oficialidad del Ejército, fue el resultado del agotamiento del liberalismo y del conservadorismo tradicionales, una intervención contra los desafueros de la banca privada de la época, y un momento de acumulación histórica de fuerzas y luchas de clases medias, populares y trabajadores contra los gobiernos de la “plutocracia”, en un ambiente internacional favorable a las reivindicaciones sociales.

Los gobiernos julianos inauguraron el papel regulador del Estado sobre la economía (predominó su intervención en la esfera monetario-financiera), que incluyó el impulso proteccionista a la industria y un esbozo de reforma agraria; pero, además, inauguraron las políticas sociales activas del Estado, con leyes laborales, seguridad social, impuesto sobre las rentas y un sentido redistributivo de la riqueza. Los logros sociales quedaron expresados en la Constitución de 1929, primera, además, en otorgar el voto a la mujer.

De ese modo los julianos dieron un giro gubernamental a favor de la naciente izquierda ecuatoriana, anticiparon fórmulas parecidas a las que solo años más tarde aparecerán con el “New Deal” en los EE.UU. (soluciones a la crisis de los años 30) y por J. M. Keynes en la teoría económica (1936), y realizaron una revolución inédita, que sentó las bases para la definitiva superación del sistema oligárquico-terrateniente.

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