Rafael Correa inicia su tercer período de gobierno tras el contundente triunfo electoral del 17 de febrero, en primera vuelta, con más del 57% del total de votos y con 138% de diferencia frente al candidato Lasso. Ganó, junto a 100 asambleístas que triunfaron en 33 de 34 distritos electorales.
Esto permitió organizar la Asamblea con el respaldo de 108 de sus miembros, lo que garantiza la aprobación de leyes para consolidar reformas y emprender otras. Se consolidará el proceso de cambio que en forma sostenida ha contado con el respaldo popular en diez eventos electorales.
La oligarquía, a través de residuos de la partidocracia y desertores cobijados en una izquierda pro derecha, apoyada por grandes medios y fundaciones internacionales, no ha cesado en sabotear, interferir, desorientar, mentir, difamar, calumniar. No ha podido, como tampoco puede en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y otros; no pudo con la Revolución Cubana, a pesar de las invasiones y el criminal bloqueo.
Estas fuerzas retrógradas quieren aparecer como defensoras de libertades y derechos, que siempre irrespetaron; de anhelos populares, de los que se burlaron; de objetivos nacionales, que traicionaron. Se dicen demócratas y hasta hablan de fraudes, que siempre practicaron, imponiendo gobiernos postizos, dictaduras; en fin, les importó un pepino la voluntad popular. Dicen defender los dineros públicos y recursos naturales, que siempre atracaron, dilapidaron, manosearon, entregaron, como el petróleo y en el salvataje bancario.
Toda la vida explotaron a trabajadores, oprimieron, reprimieron y masacraron indígenas, obreros y dirigentes populares. Se enriquecieron por doquier y lucharon contra las fuerzas del progreso. Organizaron el atraso, la miseria, dependencia externa extrema, vendieron la bandera, soberanía, territorio, y casi la patria toda.
Siguen en el intento. No podrán. Ecuador no volverá al infierno neoliberal que añoran. No será posible establecer nuevas formas y tiempos modernos de saqueo, opresión, exterminio social, mitas, obrajes, brutalidad terrateniente, barbarismo patronal. No se volverá al capitalismo de rapiña, a la vieja historia de explotación, marginación y muerte.
Lo que se ha ganado en 6 años se fortalecerá. La revolución agraria va junto a la urbana; la Ley de Comunicación fortalecerá la libertad de expresión. Es un hecho, al igual que la nueva organización y acción de la justicia y seguridad ciudadana; mayores avances en salud, educación, seguridad social, vivienda popular. Las bases de control estatal de los sectores estratégicos y organización del sistema económico social solidario garantizarán los programas sociales para el Buen Vivir, en un marco de construcción progresiva del poder popular, el Estado democrático, la sociedad equitativa, sin discrímenes.
Se planifica la economía para dejar atrás el viejo modelo primario exportador, cambiando la estructura productiva, que modernice la agricultura, posibilite el desarrollo industrial y tecnológico, diversifique exportaciones y mercados, desarrolle el turismo, racionalice la explotación minera y petrolera, respetando la naturaleza.
Estos nuevos bríos revolucionarios deben ir acompañados de una organización política democrática, participativa, con la gente capacitada actuando y defendiendo lo que el pueblo ha ganado. En este marco se inicia el nuevo período de gobierno el 24 de mayo, a los 191 años de la derrota del bárbaro coloniaje español.