Desde que el hombre empezó a poblar el planeta estuvo acompañado por el miedo. Miedo a la lluvia, al viento; a los desastres naturales que los interpretaba como castigo de los dioses. Ese mismo miedo evolucionó y empezó entonces a pensar el hombre que el fin del mundo estaría cerca. Desde tiempos inmemoriales se viene especulando sobre el fin de la existencia.
Hace 3.500 millones de años se manifestaron sobre la tierra las bacterias más primitivas, es decir, los primeros organismos vivos. La vida humana sobre el planeta empezó hace unos seis o siete millones de años.
Los geólogos y geofísicos consideran que la edad de la Tierra es de unos 5.000 millones de años, es decir que si tomamos en cuenta la edad del hombre desde su aparición en comparación con la edad de la Tierra, se convierte en un simple parpadear.
Para convertirse en lo que actualmente es el planeta Tierra, primero tuvo que pasar por millones de procesos y entre esos millones de procesos se encuentra el hombre. Si tomamos en cuenta la edad de la Tierra y reducimos su existencia total a un solo día, veremos que el hombre aparece en el último minuto de su existencia.
Si bien es cierto que la irresponsabilidad de la especie humana ha destruido gran parte de su hábitat, es indiscutible que la Tierra tiene sus propios cambios y que el calentamiento global es de por sí un proceso natural, probablemente un poco acelerado con la ayuda del hombre, pero no deja de ser un cambio natural. En la edad del hielo no existía el hombre, pero la misma terminó porque fue parte de una evolución total del planeta.
Si la existencia del hombre es apenas un parpadear en la historia del planeta, ¿cómo entonces una cultura -que de paso fue un parpadear dentro de la historia de la humanidad- puede predecir el fin del mundo? ¿Cómo es que la mente humana, que ni siquiera ha descubierto el origen de las pirámides de Egipto, de las estatuas de Pascua, o de los monolitos de Quilluzara en el sur de la provincia de Loja, puede predecir el fin de su existencia?
Evidentemente hay mucha sabiduría y ocultismo en la profecía maya. Una visión cosmológica difícil de descifrar aún en los actuales momentos. Un pronóstico científico sobre el fin de un ciclo que terminará del 21 al 22 de diciembre de 2012 y empezará uno diferente. Es aquí en donde, según los mayas, habrá importantes cambios dentro de la conciencia humana; pero en ningún momento hablan de un supuesto fin del universo. El hombre, al fin y al cabo, no es sino un simple y ocasional pasajero del planeta.