La Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt) organizó el pasado agosto el seminario internacional “Herramientas para la difusión del conocimiento científico”, para potenciar las capacidades de publicación de artículos de la comunidad científica ecuatoriana e incrementar la producción de documentos que sean reconocidos por la comunidad mundial.
Durante 8 horas, en Quito y Guayaquil, investigadores nacionales y extranjeros expusimos puntos de vista y experiencias en relación a la necesidad de organizar y elevar la producción científica ecuatoriana.
Los conferencistas abordaron diversos temas: cómo diseñar un artículo científico, realidad ecuatoriana, necesidades de los investigadores, bases de datos internacionales para obtener información científica y derechos de autor.
Publicamos en promedio 16 artículos por cada 100 investigadores ecuatorianos (53 registrados hasta 2008).
En suma: no hacemos ciencia.Parto de la misma pregunta que hice en mi conferencia: ¿Qué se debe hacer primero para publicar? La respuesta parece obvia y fácil, pero veamos la realidad. Estamos de acuerdo en que lo primero es investigar. Si no existen investigaciones, ni investigadores ni centros de investigación, la producción de conocimientos será pobre. Del análisis bibliométrico del Ecuador se desprende que representamos el 0,02% de la producción de artículos científicos en el mundo, por año. Hemos publicado en 10 años 3.573 artículos en revistas científicas reconocidas internacionalmente y que constan en las principales bases de datos de producción en ciencia. Esto significa que producimos 3 veces menos que Perú, 4 menos que Cuba, 10 menos que Colombia y 15 veces menos que Chile.
Cuando se compara el ingreso per cápita con la producción científica, se debe reconocer que hay mayores ingresos en los países mencionados, pero incluso en el país con menores ingresos, Cuba con 5.400 dólares, versus Ecuador con 4.700 dólares, en producción científica la desproporción es enorme (4 a 1), lo que significa que debe haber otro factor que explique la pobre producción científica ecuatoriana. Uno de los prometeos españoles llegado al país, dijo sobre el Ecuador que, en ciencia, estamos en el limbo.
Resulta doloroso analizar y constatar esta realidad que, lastimosamente, no ha variado mucho en los últimos 10 años.
Las cifras muestran que no es suficiente formar talento humano, que ni siquiera es suficiente tener institutos, incluso investigadores registrados, ya que publicamos en promedio 16 artículos por cada 100 investigadores ecuatorianos (53 registrados hasta 2008).
En suma: no hacemos ciencia.