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El Telégrafo

La procesión

04 de abril de 2013

Quinientos mil católicos acompañaron la procesión del Cristo del Consuelo que tuvo su origen hace 53 años y en su 54° edición tiene una altísima participación, siendo un evento no solamente espiritual y religioso, sino ya una tradición turística de la Semana Santa en Guayaquil.

Surgen varias preguntas: ¿Por qué siendo un pueblo tan creyente en Dios y su omnipresencia y estando dentro de su vasta Divinidad, todavía no estamos empoderados del bien? ¿Por qué si Dios está en nosotros y somos el Templo del Espíritu Santo, compenetrados de su Poder, Amor y Luz, de hecho no tenemos lo suficiente de ninguna de estas cualidades en nosotros mismos o en el mundo que nos rodea? Es posible que realmente no seamos receptivos todavía a estos dones porque aún no entendemos los principios internos de nuestra vida espiritual que nos permitiría abrir nuestra mente como una esponja para absorber todo el océano de virtudes divinas.

Esa misma procesión que venera a una imagen de Jesús Nazareno crucificado tuvo la inoportuna pero valerosa manifestación de unos cuantos Cristianos Evangélicos que con pancartas  defendían su idea de no adorar a representaciones o imágenes religiosas consideradas idolatría según sus creencias. ¡Qué tremendo conflicto! No por la riña en medio de esta romería, sino porque tanto católicos como protestantes tienen razón. En principio venerar imágenes es pagano y ya fue sancionada duramente por Moisés; pero por otra parte,  el ser humano necesita de una representación física de la Esencia y Substancia Divinas. Nuestra fe está matizada por alegorías y ritos en forma de sacramentos, que con el agua del Bautismo lavan nuestros incipientes pecados de bebés y con los Santos Óleos nos despiden al morir.

Para nuestro deleite, tenemos un cuantioso santoral con toda clase de iluminados beatos y santos que pueden sanar nuestras heridas corporales y del alma. Y esta necesidad de sentir y palpar una representación material de la divinidad nos hace absolutamente impenetrables a los verdaderos valores eternos.

Como decía un carismático curita amigo mío: “vamos por la vida como lisiados, apoyándonos en muletas espirituales”. Muchos gremios u oficios tienen un santo patrón como San Isidro (labradores), Santo Tomás de Aquino (estudiantes), la Virgen del Carmen (marineros), Santa Cecilia (músicos), también me han contado que  Santa Nefija es la patrona de las prostitutas (está relatado en varias obras literarias, pero no lo puedo comprobar) y para mi sorpresa en Colombia, mi amada Virgen María Auxiliadora es la patrona de los sicarios. ¿Qué les parece? La mayor parte de las religiones tienen una u otra forma de expresarse en imágenes: Brahmanismo; Budismo, Confucionismo, Hinduismo, Judaísmo, Sintoísmo, Islamismo, Taoísmo,  Zoroastrismo, por supuesto el Catolicismo y  el Cristianismo en sus diversas formas, Protestantismo, Luteranismo y Calvinismo que están representadas por la Cruz de Cristo.

Debemos aceptar que aún con educación, no hay conocimiento de lo divino que no esté afectado por el error y la ilusión. ¡Qué hermoso es ser humano!

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